Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

Lluvia antigua

La opinión de Lola Fernández

25.03.25 Lola Fernández

25.03.25 Lola Fernández

00:00:0003:02
Descargar

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

Han pasado más de veinte días lloviendo y no nos acostumbrados, hay un olor a rancio, a humedad, en algunos lugares hay incluso huertos de hongos, proclives a la humedad ¡claro!

Han salido yerbas hasta en los “esconchones” o desconchones de algunas tapias. Semillas que llevaban varios años dormidas y que han despertado a golpe de temporal, ya fuera al pie de los hierros de una ventana o entre los adoquines de la calle o en alguna teja de nuestras casas.

Y ves los campos cómo están, los cultivos, los barbechos y olivares, y ves, los colores más bonitos del universo desparramados en la tierra, las miles de flores con sus miles de colores y formas.

Cuando la Naturaleza, que es la dueña, toma posesión de sus terrenos y deja que la fuerza asuste en la carretera, que se convierte en un río violento o en las cunetas que no pueden con el aguacero, entonces, te das cuenta lo poco que somos cuando a la naturaleza le da por recordárnoslo. No estamos acostumbrados a tanta agua, pero es que son muy necesarias tras años de sequía y ocurren cíclicamente.

Y cuando sale el sol, de repente, todo cambia. Se hace el triunfo de la luz, como en una mañana de Semana Santa, que, hasta esto, a los que somos cofrades, nos esta haciendo mirar constantemente las predicciones meteorológicas.

Aunque tengamos sobredosis de información a las que estamos sometidos y es el tema omnipresente de nuestras conversaciones, ¡niña ay que ver lo que esta cayendo!¡pues el del tiempo ha dicho que viene otra borrasca gorda!

Tiro de recuerdos y se me viene a la memoria mi padre, hombre del campo, trabajador de la tierra, cuando llovía mucho, siempre me tenia al lado diciéndole que no fuera, que la tierra estaba muy mojada y que me daba miedo que su tractor se hundiera.

Mi padre me contestaba “Donde quiera que haya un charco se podrá arar” como si el campo le perteneciera, como si fuera el dueño, porque mi padre amaba su trabajo, amaba la naturaleza, a pesar de la dureza de ésta.

En los días que eran aguaceros fuertes, no podía ir a trabajar y muchas veces lo veía sentado en la puerta de la cocina mirando como llovía, recuerdo que me decía: “respira hondo que tras la lluvia se respira distinto, la lluvia lo limpia todo, se lleva lo sucio y nos deja un aire nuevo” y yo lo hacía y era feliz.

Hay quien abre las ventanas para dejar entrar ese aire purificador, beneficioso y vivificador.

A los que peinamos canas no nos extraña este comportamiento atmosférico, es más, a veces, cuando llueve en demasía, como ahora, yo le llamo lluvia antigua, la de antes, la de días de chubasqueros y paraguas, las de las botas katiuskas azules y verdes, las de saltar en los charcos cuando salía ese sol a medias, la de contar los colores del arcoíris y oler a tierra mojada, la de la vida, la de la lluvia antigua.

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir