El paisaje sentimental de la Semana Santa
La firma de opinión de la arquitecta y urbanista Mari Cruz Blanco Velasco
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El paisaje sentimental de la Semana Santa
Córdoba
Queridos y queridas oyentes, hoy no es un día cualquiera, es Martes Santo, martes de Judas, martes de entrega, martes de la negación. Un martes de la vida.
Y es que la Semana Santa siempre conlleva una reflexión que, indefectiblemente, nos hace mirar hacia el pasado y hacia nuestros abuelos con los que guardamos aquellos recuerdos infantiles viendo las antiguas procesiones, que quizás no son tan antiguas, pero que ahora miramos con ojos cargados de edad que todo lo mueve y remueve. Y al mismo tiempo esta semana nos hace mirar con ojos de futuro, y plantearnos qué recuerdo les quedará a los que ahora acompañamos desde sus primeros pasos y cómo viviremos estas mismas calles cuando las abuelas seamos nosotras, cuando quizás paseemos con nuestro andador o nuestros ojos no puedan distinguir con tanta nitidez a los nazarenos.
Ambas miradas se cruzan recorriendo la trama urbana de nuestros lugares de origen, o de aquéllos que decidimos visitar en estos días tan especiales. Y, aunque nada es lo mismo, todo sigue igual, ¿verdad?. Nos embarga la nostalgia con una mezcla de ilusión y nervios por revivir lo vivido y comprobar que, aunque la vida pasa, estos días guardan una reminiscencia de otros tiempos, que hacen que queramos detener los minutos para que sigan con nosotros aquéllos que en este instante nos rodean, congelar la mirada y la compañía.
Y todo ello, queda envuelto en un marco único, el paisaje, ese paisaje no sólo físico, sino inmaterial y humano, que configura nuestras emociones y vivencias y que se graba en el recuerdo espacial que evocará años después estos momentos de Martes santo.
Quizás, nunca nos hayamos parado a pensar en la acústica de lo urbano hasta que un tambor se hace eco en una bella calle de la judería y una trompeta se abre paso por una calzada de granito adoquinada en cualquiera de nuestros pueblos para llegar a la plaza, sea cual sea tu plaza, porque la mía es la de la Catedral de la Sierra, y allí nada suena igual que ayer, las campanas se abren paso entre los sones de las bandas y el silencio expectante de quiénes miran con los ojos de hoy, 15 de abril de 2025, ese paso que se abre paso para engalanar y contar la historia mientras camina con gracia y calma por cada rincón de nuestro lugar.
Una historia que tenemos que seguir contando para todos, para los que empiezan en esta andadura, para los que la viven con adolescencia, para los que llevan un carrito de bebé y a otros que arrancan a caminar, para los que tienen dificultades para salir a la calle, o para cruzarla o para llegar hasta ese punto de encuentro al que iban con sus amigas que hoy no están, para los que van rodando, para los que no escuchan el tambor pero sienten cada emoción o para los que sin comprender qué está pasando ponen luz con su sonrisa. Y queda mucho por hacer, pero lo haremos entre todos y con diseño universal para no dejar a nadie atrás, ni siquiera a ti.
Hoy os invito a volver a sentir esa esquina en la que vamos a detenernos para tener la mejor vista de una procesión, o para escuchar el son más bello de una banda, porque quizás, sea el recuerdo más bello que vuelva a nuestra mente dentro de muchos años, y vuelva con todo, con los que estaban, con los que añorábamos y con los que iban a venir. Feliz semana santa a todos.

Mari Cruz Blanco
Arquitecta




