Ocio y cultura

La Vera Cruz

Comentario sobre la Hermandad de la Santísima y Vera Cruz y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Amor, Nuestra Madre y Señora de la Piedad, María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, Santa María Magdalena y Santa Elena.

Arahal

Rafael Martín Martín - Cronista oficial de la Villa

El Miércoles Santo, 16 de abril de 2025, volveremos a vivir un momento muy especial en Arahal: Nuestra Señora de la Piedad y el Cristo del Amor recorrerán nuevamente las calles de nuestro pueblo, saliendo desde su remozada iglesia de la Veracruz.

Estas imágenes forman parte de la titularidad de la Hermandad de la Veracruz, una institución con profundas raíces en nuestra historia. Desde finales del siglo XVI hasta el XVIII, los hermanos cruceros fueron protagonistas de una intensa vida espiritual y solidaria en torno al Lignum Crucis y al Santo Cristo Crucificado, obra del escultor sevillano Martín de Oviedo, en 1592. Lamentablemente, el terremoto de Lisboa de 1755 marcó el principio del fin de aquella etapa, tras ser su capilla una de los edificios más afectados de Arahal, junto con la parroquia de Santa María Magdalena y en abril de 1756 se acordó la disolución de la corporación.

Sin embargo, la devoción a esta imagen nunca desapareció, ya que el Cristo permaneció recibiendo culto en su capilla junto con la Virgen del Rosario, titular de una Cofradía desde finales del siglo XVI. A raíz de los sucesos de 36, la capilla fue saqueada y, al igual que la casi totalidad de las imágenes arahalenses, fueron destruidas. A partir de los años 40 nunca se recuperó esta capilla, hasta que, gracias al esfuerzo, la fe y la perseverancia de un grupo de feligreses arahalenses —apoyados por la Confraternidad de Hermandades de la Veracruz—, en 1989 se constituyó una Asociación de Cofrades. A partir de ahí comenzó un camino de formación y entrega con un objetivo claro: recuperar la devoción al Cristo de la Veracruz y hacerla partícipe en el seno de la espiritualidad arahalense.

Ese sueño comenzó a hacerse realidad en 1993, cuando fueron reconocidos como Agrupación Parroquial, y se materializó finalmente en febrero de 1994, con la aprobación del decreto que erigía la Hermandad como corporación de penitencia.

En sus comienzos, esta Hermandad tuvo como sede canónica la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, trasladándose a su sede actual, que fue consagrada y abierta al culto por el Cardenal Arzobispo de Sevilla el 20 de noviembre de 2004 y a la que se le otorgó el título de Iglesia de la Santísima y Veracruz.

Su primera estación de penitencia el Miércoles Santo, 30 de marzo de 1994, fue desde su sede canónica de la iglesia parroquial, marcando un momento inolvidable para toda nuestra localidad.

Aquel día, la Virgen de la Piedad salió por primera vez en un paso de estilo rocalla, tallado en madera de cedro real por el artista alcalareño D. Manuel López Duarte. En esa primera ocasión, la imagen procesionó sola.

La Virgen de la Piedad fue esculpida por el reconocido imaginero sevillano Antonio J. Dubé de Luque, quien puso todo su talento, experiencia y cariño al servicio de esta joven Hermandad. Su trabajo dio vida a una imagen profundamente emotiva, una nueva interpretación de la Angustia: la Virgen sosteniendo en su regazo el cuerpo sin vida de su Hijo. Esta escena, una de las más conmovedoras y representativas de la iconografía cristiana, se completaría al año siguiente, en 1995, viviendo la Hermandad otro momento clave en su historia: la incorporación del Cristo del Buen Amor al paso de misterio. Esta imagen vino a completar la escena que había conmovido a tantos fieles el año anterior, formando un conjunto profundamente simbólico y lleno de fuerza emocional.

El Cristo del Buen Amor, también obra del imaginero Antonio J. Dubé de Luque, se presentó como una figura serena y sobrecogedora, que transmite con su expresión y postura el sacrificio redentor y el amor incondicional que da nombre a la imagen. Su cuerpo descansa ahora sobre el regazo de la Virgen de la Piedad, completando ese instante eterno que une a madre e hijo en el dolor más humano y, al mismo tiempo, en la esperanza más divina.

Desde entonces, este misterio ha sido el centro de las estaciones penitenciales de la Hermandad. Cada Miércoles Santo, al caer la tarde, la escena avanza lentamente por las calles, tocando el alma de quienes la contemplan en silencio, entre cirios, incienso y plegarias. No es solo una procesión, sino un mensaje visual de fe y amor que sigue hablándonos año tras año.

La unión de ambas imágenes –Cristo y Virgen– ha consolidado la identidad de la Hermandad de la Vera Cruz como una comunidad profundamente arraigada en la devoción y el compromiso cristiano. Y con cada salida, con cada mirada al paso, se renueva en los corazones ese abrazo eterno que recuerda que incluso en la muerte, el amor permanece.

A estas dos imágenes de tanta veneración, se le unió la imagen titular de María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos, incorporada en el año 2006 y que representa a María en un momento de profundo dolor y oración, acompañando espiritualmente los misterios de la Pasión. Es obra igualmente de Antonio Dubé de Luque, bendecida por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Monseñor Amigo Vallejo, coincidiendo con la apertura al culto de la iglesia. También se incorporaría a la titularidad de la Hermandad la advocación a Santa Elena

Con el paso de los años, la Hermandad de la Vera Cruz ha seguido creciendo, no solo en número de hermanos, cuyo número asciende actualmente a 435, sino también en compromiso, en fe y en presencia dentro de la vida de nuestra comunidad. Aquella ilusión con la que se vivieron los primeros años no solo se ha mantenido, sino que ha madurado, convirtiéndose en una sólida vocación de servicio, de testimonio cristiano y de amor a sus Titulares.

La Hermandad ha ido fortaleciendo su vida interna a través de la formación, la caridad y la participación activa en la parroquia. Las actividades no se limitan a la Semana Santa: durante todo el año, la Hermandad es un lugar de encuentro, de apoyo mutuo y de crecimiento espiritual. Se han consolidado iniciativas solidarias, encuentros formativos, convivencias y cultos que han alimentado la vida comunitaria y han proyectado al exterior el verdadero sentido de la fe.

Además, la Hermandad ha sabido cuidar con esmero su patrimonio artístico, litúrgico y devocional, recuperando la propia iglesia de la Veracruz, que se abrió al culto en el año 2004. El paso de misterio ha ido enriqueciéndose con nuevos detalles que, sin perder su identidad original, han contribuido a embellecer aún más la escena que representa. Su iluminación por candelabros de guardabrisas, incluyendo en las esquinas del canasto los cuatro evangelistas, obra de D. Rafael Barbero. En las partes centrales del canasto portan cuatro relicarios en bronce chapado en oro de ley, con las reliquias de Santa Ángela de la Cruz, San Martín de Porres, Santa Teresita del Niño Jesús y San Juan de Ávila.

Este misterio se completa con las imágenes del apóstol San Juan y de Santa María Magdalena, obras de D. Salvador Madroñal Valle, la primera del año 2023 y la segunda del 2024

El acompañamiento musical de la Capilla musical Gólgota, los enseres y el cortejo procesional, con más de doscientos cincuenta hermanos que lo compondrán en el año actual, han evolucionado con respeto a la tradición, pero también con una mirada abierta al presente y al futuro.

La juventud ha encontrado también su lugar dentro de la Hermandad, y eso garantiza que el espíritu de sus fundadores siga vivo en las nuevas generaciones. Son ellos quienes, año tras año, se preparan para asumir el testigo, con la misma entrega y el mismo amor.

Hoy, la Hermandad de la Vera Cruz no es solo una corporación penitencial: es una familia que camina unida en la fe. Un faro de esperanza que, cada Miércoles Santo y cada día del año, recuerda con su presencia que el Amor y la Piedad no son solo nombres de imágenes, sino realidades vivas que transforman corazones.

Sirva este mi primer comentario a esta querida Institución, como homenaje a todos aquellos hermanos que lucharon denodadamente desde aquel febrero de 1988 y que, garcias a ellos, hoy Arahal puede disfrutar de la recuperación de esa devoción al Cristo de la Veracruz.

Sonia Camacho

Sonia Camacho es directora de Bética de Comunicación...