Oficina Budapest

Atención a esta impresionante exhibición de respeto a los principios constitucionales de mérito y capacidad en la función pública.

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, del PP, ha colocado al frente de la Oficina Municipal de Apoyo a la Maternidad a María Pastor Pérez-Angulo, que llega al cargo con el inigualable bagaje de ser una antiabortista de Vox.

Es interesante la maniobra siendo dos partidos que dicen combatir dedazos y chiringuitos.

El cambalache es este: tú me apruebas los presupuestos y yo te abro una caseta con dinero público para que juegues a ser Viktor Orbán.

Un trocito de Budapest junto a la estación del Prado.

Es como si el Ayuntamiento municipalizara servicios de Hazte Oír.

Por supuesto, la Oficina no abordará ni una de las causas económicas, sociales y culturales que han provocado la caída demográfica.

Por supuesto, esto tampoco va —como dicen en el PP y Vox— de defender la libertad de las mujeres que quieren ser madres. Las mujeres ya tienen perfecto derecho a ser madres. El aborto jamás se impone a nadie, en contra de lo que dice la propaganda "provida".

Esto va de otra cosa: de permitir a Vox que presuma de haber puesto una institución pública al servicio de una de sus cruzadas.

No es la primera vez que el PP hace concesiones a Vox en este terreno. En su primera legislatura, el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, le otorgó a Vox una línea de apoyo a la maternidad que terminó sirviendo para llevar dinero del bolsillo del contribuyente a asociaciones de esas que se iban a las puertas de las clínicas de aborto a molestar a las embarazas que habían decidido ir allí.

En este caso, además, los dirigentes de Vox podrán presumir de que el dinero que paga la Oficina Budapest merma el dedicado para integrar inmigrantes.

Es la 'voxada' químicamente pura.

Enhorabuena a Vox. Se sirve una buena ración de capricho ideológico y paga la casa.