Déjame que te cuente
La opinión de Lola Fernández

Morón de la Frontera
Déjame que te cuente la semana de los sentidos, la semana de los detalles, la de las miradas, la de las lagrimas derramadas, las de las alegrías y las penas.
Déjame que te cuente cómo es el color que lo llena todo y el olor que lo embriaga todo, déjame que te cuente cómo hemos llenado de altares las calles y cómo hemos dejado que la herencia lo dibuje todo.
Déjame que te cuente la semana de los sonidos, de la música y el silencio, la semana de las flores y las ceras, de la contemplación y la algarabía, de los contrastes, del claroscuro de las siluetas en la noche y la luz radiante de la mañana azul celeste.
Déjame que te cuente como nos perdimos y como nos encontramos, déjame que te cuente que existe una puerta del perdón y muchas puertas de la esperanza y el amor, por la que entramos todos y por la que solo entran quienes no tienen nada que perder.
Déjame que te cuente que todo queda en la retina del tiempo y que, a pesar de las equivocaciones, existe un lugar en el mundo donde no se piden explicaciones, que bombea sangre y funciona con latidos y se llama corazón.
Déjame que te cuente que la calle la pisaron miles de promesas llenas de gratitud, que cada uno de los adoquines del suelo, fueron subidos al cielo de los que suspiran bajo trabajaderas.
Déjame que te cuente que te esperamos en cada esquina, en cada revirá imposible, déjame que te cuente que, a pesar de esa lluvia traicionera, envuelta en lágrimas, pudimos verte hermosa, dulce y guapa.
Déjame que te cuente de cada uno de los barrios que se hicieron pueblo, familia y vida. Déjame que te cuente que también rezamos por ti, porque quizás sin saberlo lo necesitabas y por los que dejaron su sitio en la cofradía, a los que buscamos en el cielo de los suspiros.
Déjame que te cuente que también caben los agoreros y los que lo niegan todo, los que nunca se equivocan, los que crecieron creyéndose únicos y se convirtieron en seres solitarios, también de ellos es el reino de los cielos.
Déjame que te cuente todo lo vivido en unos días, en unas horas, en unos minutos, déjame que te cuente la vida misma en una semana con su víspera y su epilogo.
Déjame que siga dando paso a la Cruz de Guía de nuestros días, déjame que sienta el peso de las cruces de promesas, déjame que siga encendiendo los cirios del camino y el acompañamiento, déjame que comparta las estampas de los besos, a donde van nuestras plegarias
Déjame que te cuente que somos lo que perdimos y lo que ganamos, déjame que te cuente que todo comienza pero que también todo culmina, todo termina.
Pero déjame que siga soñando con los días y las noches, con la mañana y la madrugá.
Déjame soñar con una nueva Semana Santa, pero ahora, déjame encontrar de nuevo el camino, la verdad y la vida.




