Antonio Barrientos recurre al Supremo la sentencia del caso Astapa

Málaga

El exalcalde de Estepona, Antonio Barrientos, recurre al Supremo la sentencia que lo condenó por cohecho impropio en el caso Astapa

Recurso de casación ante el Supremo en el que los abogados insisten en que durante el procedimiento y desde la instrucción se vulneraron derechos fundamentales de su representado: vulneración al derecho a la tutela judicial efectiva, a un proceso con garantías o a la presunción de inocencia de Barrientos.

El documento, al que ha tenido acceso esta emisora, cuestiona como se llevó a cabo la investigación judicial con informes policiales plagados de irregularidades en unas pesquisas prospectivas que fueron dirigidas desde la sombra, dicen los letrados, por el excomisario Villarejo con el fin de tumbar la corporación municipal y velar por sus intereses particulares y su medio centenar de propiedades inmobiliarias en Estepona.

Y tan prospectivas fueron, dice el recurso, que la propia sentencia del caso Astapa rechazó que hubiera existido corrupción urbanística en Estepona que fue el germen del caso y destacó que el exalcalde Barrientos siempre actuó conforme a la legalidad.

Mantienen que las pruebas que desembocaron en la condena de Barrientos, además, se obtuvieron de forma irregular y debieron descartarse porque derivaron de escuchas telefónicas que fueron anuladas en el procedimiento y fueron obtenidas en registros de domicilios particulares y de empresas sobre las que no pesaba indicio de criminalidad alguno.

Hay que recordar que Barrientos fue condenado por haber aceptado regalos en función de su cargo y sin contraprestación: la reforma de su casa por valor cercano a doscientos mil euros, un televisor de poco más de mil y por haber realizado viajes institucionales pagados por empresas.

Pues bien, en el recurso los abogados mantienen que, para empezar, estos supuestos delitos estaría prescritos, dicen que la Sección Tercera de la Audiencia de Málaga lo condenó sin pruebas que desvirtuaran la presunción de inocencia y sin admitir las que sí aportó Barrientos y que probarían que pagó la reforma de su casa, que no aceptó el regalo del televisor y que los viajes no fueron de ocio sino de trabajo y que el pago por parte de las empresas se justificaba en que eran eventos patrocinados por las mismas.

Barrientos fue condenado a cinco meses de suspensión y multa de 40.000 euros por cohecho pasivo 17 años después de que comenzara la investigación del caso Astapa.