El gran apagón. Una Oscuridad que da que pensar

Córdoba

Ayer Córdoba y España se apagaron literalmente. Nos quedamos sin luz durante horas en muchas zonas del país y, más allá del susto, quedó claro que algo muy serio está fallando. No es normal que en pleno 2025 una avería o un fallo técnico nos devuelva a la Edad Media.

Calles totalmente a oscuras, sin un mísero sistema de alumbrado de emergencia que funcione. Infraestructuras básicas como semáforos, estaciones de tren o tiendas y supermercados sin alimentación eléctrica alternativa. ¿De verdad nadie pensó en esto antes? Algunos si lo hacemos, los que en nuestra formación había procesos manuales. Hoy todo o casi todo está digitalizado, pero y si se va la luz ¿ paramos?

Sin semáforos, sin trenes, sin información clara. Gente atrapada en ascensores, en mitad de las vías en la nada, hospitales tirando de generadores y lo peor, ni una sola explicación rápida y coherente por parte de las autoridades. ¿Qué pasó realmente? ¿Quién responde por esto?

Lo más grave no fue quedarnos sin luz, sino quedarnos sin respuestas. Y no tener planes de emergencia actualizados a estas situaciones ni un urbanismo que tenga en cuenta que la ciudad no puede dejar de funcionar. Tenemos que tener ciudades con un pequeño margen de autonomía ante emergencias y catástrofes ¿Dónde estaban los responsables cuando más se los necesitaba? No las fuerzas del orden y los empleados públicos, esos siempre están.

Esto no puede volver a pasar. Porque si hoy fue un apagón, mañana podría ser algo peor. Ya basta de improvisar con lo esencial.

La luz volvió, sí, pero la confianza se fue. Y recuperarla va a costar bastante más que reiniciar un sistema eléctrico.