Oltra fuera, Olabe dentro

Almería

Ni fueron las formas ni se lo merecía. Llegó para rescatar al Almería tras el despido de Juanma Lillo un 20 de noviembre, y le despedían en abril a falta de 8 partidos para el final. Era José Luis Oltra un entrenador que venía de triunfar en Segunda y no necesitaba carta de presentación. Su apuesta por el buen fútbol era el reclamo para un Alfonso García que aplaudía su propuesta y le dio todo lo que podía en función de una economía del club que se agotaba y el descenso a Segunda se acercaba, después de cuatro temporadas de esplendor. Oltra, hizo un buen trabajo y el equipo estaba en cuentas de salvación pero le ganó el Getafe de Michel en el Mediterráneo y lo ponían en la calle pese a que todos vieron que el Almería fue mejor. Si duele que te despidan a falta de 8 jornadas para el final, era más doloroso el escenario al que se enfrentaba el valenciano.

Uno saliendo y el otro llegando. El club anunciaba a bombo y platillo la vuelta de Roberto Olabe que había sido director deportivo del Almería, esta vez como entrenador, mientras se despedía José Luis Oltra de una plantilla que estaba con él. Se llegó a comentar que los capitanes pidieron al presidente que no lo echara, pero Alfonso cuando se calentaba era imparable. Mientras se despedía de los futbolistas del Almería aterrizaba por una casa que conocía bien el donostiarra Olabe ante la mirada perpleja de Oltra viendo el ‘tráfico’ en la zona mixta, con unos saliendo y otros llegando. Para la historia de aquella temporada quedará la semifinal de la Copa del Rey ante el Barça y un equipo que jugaba al fútbol como pocos. Lo querían a nivel de club y en el vestuario, y no mereció esta salida después del trabajo realizado.

Nadie duda que Oltra era feliz en el Almería y que era un entrenador válido si se bajaba, para volver a Primera. Nada hacía presagiar un final como el que le tocaba vivir. Hizo mucho por el club y daba imagen de señorío por donde pasaba. Alejado de la presión de la cola salía a por los partidos con descaro y eso todos se lo elogiaron. Hasta le criticaron no amarrar los partidos: pero Oltra si podía ganar no repartía los puntos.

Para la historia

Lo que hizo el Almería de Oltra en la Copa del Rey fue disfrutar en grado sumo superando rivales hasta plantarse en la semifinal donde el Barça le cerraba las puertas. Nunca antes se había llegado tan lejos y quedará para la historia el caminar de los rojiblancos marcando goles dentro y fuera con una propuesta tan valiente como en LaLiga, pero mayor fortuna a nivel de resultados. El equipo iba creciendo de su mano y la relación presidente-entrenador era buena, y todo saltaría por los aires en un partido y se separaron los caminos de mala manera como se dice por esta tierra. Nadie ha podido igualar los registros de Oltra y sigue su listón en todo lo alto como su propuesta valiente por los campos de Primera. No lo haría tan mal en el Almería porque no le ha faltado el trabajo desde que salió del Mediterráneo y hasta fue testigo de un ‘milagro’ en Córdoba cuando él dirigía al equipo de los califas. Oltra no tuvo rencor aquella tarde de fiesta para las dos aficiones. Uno al Play Off y el otro salvado del abismo.

Para tomar nota

A falta de 8 partidos para el final y todo planificado para salvar la categoría le llegaba el despido al entrenador valenciano, que la aceptaba con señorío y asistía a una despedida que seguro no olvidará ya que las formas no fueron las mejores con Roberto Olabe llegando mientras el valenciano se iba despidiendo de esos futbolistas que le apoyaron dentro y fuera del campo. Fue inmerecido. No era la forma de despedir a un entrenador, pero Oltra no manifestó queja alguna mientras la prensa era testigo de un cambio en el banquillo muy mejorable y para que se tome nota de cara al futuro. No fue culpa de Alfonso y fallaba el protocolo haciendo coincidir en el tiempo al entrenador despedido y al entrante para asombro de los presentes. José Luis Oltra es un señor de los banquillos y supo ‘torear’ la situación.