Así era el famosos monumento de Gades que podría tener a Juba II y no a Melkart como posible protagonista del legendario ‘ídolo’ de Cádiz según Manuel Álvarez-Martí-Aguilar de la Universidad de Málaga.
El ídolo de Cádiz ubicado en mitad de la ínsula gaditana y destruida en 1145, constituye un tema clásico de la arqueología, la historia antigua y los estudios árabes en España

Comparativa de tamaño del llamado "ídolo de Cádiz" (G) con otros monumentos de la época. Manuel Álvarez-Martí-Aguilar / arc

Carlos Alarcón
Según Manuel Álvarez Martí-Aguilar de la Universidad de Málaga, que ha publicado un interesante trabajo sobre este mítico monumento en SPAL revista de prehistoria y arqueología que edita la Universidad de Sevilla https://revistascientificas.us.es/index.php/spal/article/view/26507/24281 no era Hércules el protagonista del mismo sino Juba II.

Reconstrucción idealizada de la estatua de Juba I de Numidía (dibujo de Izzy Amstrong) / ard

Reconstrucción idealizada de la estatua de Juba I de Numidía (dibujo de Izzy Amstrong) / ard
Pese a que se cuenta con más de una treintena de fuentes, cristianas y árabes, sobre el monumento, su función y las circunstancias de su construcción no han sido aún satisfactoriamente aclaradas. En este trabajo se revisan las tradiciones literarias sobre el edificio y se contrastan con evidencias textuales e iconográficas de época romana, proponiendo una identificación del personaje representado en la estatua y una reinterpretación del monumento en su conjunto. Se argumenta que el “ídolo” de Cádiz pudo ser un excepcional epígono de la tradición de monumentos funerarios reales númidas, erigido a finales del siglo I a.C. en mitad de la isla de Gades por Juba II, rey de Mauritania, en homenaje a su padre, Juba I, rey de Numidia, cuya estatua coronaría el edificio. Este cenotafio podría haber servido, a su vez, de monumento conmemorativo del éxito de la empresa exploratoria de Juba II en las Islas Purpurarias y en las Canarias, y de referencia visual para los navegantes que transitaron por la ruta establecida por el monarca mauritano hacia la costa atlántica africana.

Ídolo de Cádiz comparativa con otros monumentos / arc

Ídolo de Cádiz comparativa con otros monumentos / arc
Los argumentos expuestos a lo largo de este trabajo de Manuel Álvarez Martí-Aguilar de la Universidad de Málaga, permiten proponer la hipótesis de que el conocido en las fuentes árabes como “ídolo” de Cádiz fuese un monumento funerario erigido por Juba II, rey de Mauritania y heredero de la realeza númida, en me-moria de su padre, Juba I, rey de Numidia.El edificio, levantado en mitad de la isla de Gades, en la zona de Torregorda, parece cumplir todas las funciones que se identifican en los monumentos funerarios turriformes púnico-númidas del norte de África, siendo los ejemplos más destacados el mausoleo de Beni Rhénane en Siga, el “mausoleo” B de Sabratha, la Sôuma de Khroub y el “mausoleo” de Dougga. Estos edificios, especialmente el último, pudieron haber servido de inspiración para el diseño del monumento de Gades. Como ellos, se habría convertido en un referente visual de primer orden en el paisaje circundante, la bahía de Cádiz, situándose en un lugar aislado y de connotaciones liminares: junto al propio océano y en un punto equidistante de la urbe gaditana, en un extremo de la isla, y de la zona en torno a la que se ha solido localizar el célebre templo de Melqart-Heracles.
Demolición.
Sobre su derribo cuenta Álvarez-Martí que "La información la aporta el granadino al-Zuhrī quien, que visitó Qadis, vio aún en pie el edificio y conoció de primera mano noticias de su demolición" añade que desde que este faro fue destruido ya no se pudo contar con él como guía. Su demolición tuvo lugar en el año 540/1145-6, al comienzo de las revueltas en al-Andalus y fue obra de [Abū-l-Ḥasan] ‘Alī b. ‘Īsà b. Maymūn cuando se rebeló en Cádiz y ambicionó aquella estatua [pensando que era] de oro. Pero cuando la arrancó de su sitio vio que era de latón, con un baño de oro fino, del que obtuvo doce mil dinares de oro. Se inutilizó su funcionamiento para la navegación [literalmente: el mar], pues la gente de al-Andalus pensaba que era un talismán (ṭilasm) contra las acciones del mar y que cuando fuera destruido nadie más podría navegar"
Interesante historia que aparece en su totalidad en el número 34.1 de la Revista SPAL https://revistascientificas.us.es/index.php/spal/issue/view/1585 que edita la Universidad de Sevilla.