Ahora sí, se abre paso la primavera
La opinión de Lola Fernández

Morón de la Frontera
Parecía mentira que mayo no hiciera acto de presencia y menos que esta primavera no fuera romantizada con algún verso poético.
Y es que la vida se pone caprichosa y el tiempo también, que la vida se pone caprichosa y los problemas también y nos recuerda lo frágiles que somos. Y que en nuestra perplejidad seguimos culpando al resto del mundo de nuestras flaquezas y nuestras contrariedades. Y a pesar de ser tan frio nuestro entorno seguimos buscando lo efímero, lo necesario y lo que nos abandone al suspiro.
Mayo es el mes que abre las puertas de los momentos reales y en nuestra necesidad, borraremos la línea de la realidad para dibujar nuestro mejor escenario.
Por eso mayo trae ese escenario costumbrista, al que esperamos, esa luz que lo enciende todo, la claridad la llevamos por dentro si realmente así lo sentimos, porque como dice el poeta sevillano Rafael Montesinos que “Las mañanas eran claras porque mi vida lo era, no porque fueran mañanas”
Y esa luz se transforma en Cruz de mayo, esa luz es la de nuestra fe en la novena de Jesús y su función del Rayo, esa luz es también la de la otra novena que mayo nos regala y es la de María Auxiliadora.
Esa luz, son las palabras emitidas por los pregoneros en las Glorias de María Auxiliadora, este año Juan Rafael, Juanri para los amigos, hizo un recorrido por su infancia y las personas que fueron fundamentales en su paso por los salesianos, regalándonos unos versos llenos de amor hacia la Virgen, haciendo un preámbulo para esperarla por las calles de Morón, porque…
“En mayo hablan las flores
de una presencia divina,
de pureza alabastrina,
de irisados colores.”
Y mayo ha traído la presencia de un escritor que en unas horas llenó de conocimiento y de palabras el sentido y el sentimiento de un camino que el Señor de mis creencias anduvo, compartiendo el pan de la vida y del amor.
Álvaro Romero Bernal, natural de Los Palacios, en su libro “El pan de Emaús” construye la vida de unos personajes en ocasiones secundarios o terciarios que cuentan su vida desde aquel momento en el que cruzan sus caminos con Jesús. Un punto de unión en cada uno de sus capítulos que sumergen al lector creyente o no, en la continuidad de la lectura.
Mayo sigue sorprendiendo y un nuevo Papa León XIV se hace presente en la Iglesia Universal, a la que queremos ver engrandecida y humilde, solidaria y resolutiva, preocupada por lo problemas del mundo y actuando como se le espera. Así lo deseamos todos.
Y mayo sigue recordándonos la falta del amigo al que añoramos tanto, al que le hubiera contado todo lo que la vida nos ha traído y seguro que estará feliz por su amigo Juan Luis.
Mayo, ahora sí, se abre paso la primavera.




