Fútbol

Silencio que duele: el Almería no protesta ni cuando lo pisan

El club calla, la afición estalla: héroes del silencio

Los hombres de Turki Al-Sheikh en Almería tienen la palabra.

Almería

Empezando por el entrenador y acabando por el máximo responsable del club. Siempre pasa lo mismo o mejor dicho, en este caso no pasa nada por flagrante que sea el perjuicio al Almería. Antes de la llegada de Turki Al-Sheikh al club, sus antecesores ponían el grito en el cielo cuando le metían el dedo en el ojo a la entidad y salía perjudicada. Guillermo Blanes y Alfonso García no se callaban la boca y no se cortaban un pelo a la hora de no dejar títere con cabeza, en demanda de soluciones clamando a los cuatro vientos. No pasa con Mohamed El Assy y con Joâo Gonçalves, que como hombres fuertes del club se deben mover para que no se repitan atropellos como el vivido en Cádiz, cuando se juega su futuro el club. Vale que el entrenador sea comedido porque es un hombre del fútbol que hoy aquí y mañana allí, pero los hombres fuerte tienen que hacer algo: lo de Cádiz puede condenar al Almería.

Hay que alzar la voz y no seguir resignados a la suerte de ser el Almería y, como tal, se le pita de una forma diferente. No se trata de pedir un regalo al estamento arbitral, el tema es que no le quiten lo que es suyo y se arbitre de igual forma al Almería y a su rival. Somos muy dados por esta tierra a guardar silencio y aguantar ‘mecha’. Siempre la culpa la tienen otros a nivel de infraestructuras, agua, agricultura… Hay que alzar la voz y que el nombre de esta provincia suene en demanda de soluciones. Lo que pasó en Cádiz tenemos claro en esta tierra que no les pasa a otros. Ese arbitraje no se lo hacen a los que van por delante ni a los que vienen detrás. Es muy fuerte lo que ha pasado y se impone mandar una queja a donde corresponda para que tengan claro que no somos tontos.

Ya está bien de guardar silencio y ‘tragar’ con todo. Se imaginan que un árbitro llame ‘loco’ a Vinicius Junior del Real Madrid. La que se lía da la vuelta al mundo. Estamos hartos de que no se aplique un mismo rasero a la hora de arbitrar al Almería y que los futbolista de Rubi sean cosidos a tarjetas, cuando son de tanta calidad que no saben aplicar el juego duro a su repertorio.

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Protesta

No se trata de repartir bolsas de basura por el campo y pintar de negro la grada. Hoy los clubes se mueven con sigilo y saben las teclas que tocar. No se puede aguantar la falta de respeto al club mostrada en Cádiz por un árbitro inexperto, que se veía superado y castigó solo a un equipo con cartulinas. Con lo que se está jugado el club esto no puede suceder porque te quedas sin ascenso y, pasó en el Bernabéu una más gorda que esta, y todos cerraron el ‘pico’ ante la mirada de asombro de una afición que no entiende los silencios de su club. Valen muchos millones estos futbolistas y se merecen un respeto de los colegiados. Se juegan el pan del Almería y el suyo: este no es el camino. Con callarse la boca no se arreglan las cosas y toca protestar donde corresponda.

Soluciones

A nivel de calle la indignación es enorme. Nadie podía imaginar un arbitraje de este calibre en un partido donde uno se jugaba poco y el otro la vida. Se cambiaron los papeles y le pitaron de cine al que menos se jugaba y era ‘acribillado’ el candidato. Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana, pero Guillermo Blanes, como Alfonso García, alzaban la voz y dejaban claro que a su club no lo habían tratado bien. No tiene premio guardar silencio y tragar con lo que te manden. Se entendería si esto fuera por barrios, cuando el perjudicado siempre es el Almería ante la mirada de unos hombres fuertes de Turki Al-Sheikh que no levantan la voz.

Tony Fernández

Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a...