De la Torre fía el futuro del Museo Ruso a la "situación geopolítica"

Málaga

"Ven, estamos abiertos", reza un gran cartel en la verja del complejo de edificios de Tabacalera anunciando el Museo Ruso de Málaga. Un mensaje de llamada a visitar la pinacoteca después de que las filtraciones de agua obligaran a cerrar las instalaciones el pasado mes de noviembre durante casi una semana. De hecho, parte de las salas siguen clausuradas.

Este museo, que constituye uno de los ejes de la política cultural del alcalde, Francisco de la Torre, sigue en una auténtica encrucijada agravada por esos problemas de filtraciones. Tanto es así que la Gerencia Municipal de Urbanismo está realizando mediante un "contrato de urgencia" un diagnóstico de todo el edificio de Tabacalera para determinar la causa de las goteras y humedades del Museo Ruso.

Pero el otro gran problema de fondo radica en el contenido. Si bien la pinacoteca nació como una sucursal del prestigioso Museo Ruso de San Petersburgo, la invasión rusa de Ucrania dio al traste con el acuerdo que permitía exponer sus fondos, obligó al alcalde a devolver las obras a Rusia y hoy día sigue imposibilitando retomar la situación primigenia. Ahora, cuando se cumplen tres años desde que Málaga tuvo que descolgar los cuadros del Museo Ruso, De la Torre no tiene intención de pasar página : considera que el museo sigue en un "paréntesis" y que no hay una definición clara de su futuro "hasta que no tengamos ese marco geopolítico despejado", dice en referencia a las sanciones impuestas por la Unión Europa a Rusia a raíz de la invasión de Ucrania. "La invasión no ha terminado, la paz no ha llegado. Y tenemos que ver qué es lo que ocurre en el futuro en ese tema. Por lo tanto, estamos ahí condicionados". "Lo que decidamos en relación con el Museo de Arte Ruso de San Petersburgo será de la mano del Gobierno español y las instituciones europeas", afirma. Este paso coincide con el posible inicio de unas hipotéticas negociaciones entre Rusia y Ucrania a raíz de la irrupción del presidente de EEUU, Donald Trump, como supuesto mediador en el conflicto.

Mientras tanto, el regidor apuesta por un uso híbrido entre arte ruso y otros contenidos "complementarios". "Siempre caben colecciones privadas, evidentemente, pero no son infinitas", explica. Y esa será la línea a seguir, buscar muestras con fondos vinculados al arte ruso "que valgan la pena" -como colecciones en occidente o artistas rusos en Europa-, pero recurriendo también otras colecciones o fondos. "Sin dejar de ser una parte de arte ruso, puede haber también un arte complementario, que permita también enriquecer la oferta cultural de Málaga, de Andalucía y de España, como decía".

"Si se normalizaran esas relaciones porque terminan el conflicto, se podría volver a la situación anterior. Pero eso dependerá de lo que opine España en función de lo que opine Bruselas, también", concluye el regidor.