Del Murube al salón: el corazón de Ceuta late con los ChichaFútbol

Almería

El mayor de los Chicha era el más feliz. Imposible trasladar al papel las emociones de un futbolista que defendió esos colores antes del primero de los ascensos la temporada 1979-80. Hoy, Luis López Márquez, tiene 83 años y una familia muy grande de origen almeriense afincada en Ceuta, porque sus padres (que eran pescadores) encontraron allí un inmenso caladero de riqueza. Cuando llegaron desde Cabo de Gata no eran conocidos como los Chicha porque el apodo le llegaba a Luis cuando firmó su primer contrato en el Ceuta, y por su velocidad y calidad recordaba a un tal Chicha de origen marroquí que defendía los colores del Atlético Tetuán.

Se quedó con el apodo y se ha transmitido a lo largo de las nuevas generaciones, hasta el punto de decir Chicha en Ceuta y se abren las puertas, y si preguntas por Luis López se lo piensan. El domingo 4 de mayo es una fecha grabada a fuego para esta gran familia que se reunía con una leyenda del club, para animar en la distancia al equipo que se jugaba el ascenso en Fuenlabrada. No fue fácil y se hizo esperar el gol de la victoria, pero la ‘explosión’ fue enorme y la fiesta acabó tarde con el anfitrión abrazado a todos los asistentes: como en las tardes de victoria.

Leyenda

Los Chicha son del Ceuta porque así lo manda el mayor de ellos. Sienten los colores porque cuando corría por la banda del ‘Murube’ despertaba pasiones que han sido transmitidas a las nuevas generaciones. No había otro tan feliz en la Ciudad Autónoma y estaba hecho un chaval corriendo por el salón mirando a la televisión lo justo y aferrado al reloj, cuando se puso el partido (1-2) para el equipo Caballa. Toda la familia unida al grito de ‘guerra’ con Luis desbordado de alegría que no sabía a quien abrazar. Esposa, hijos, nietos, sobrinos...

Unión

La casa del patriarca tenía de todo con el debido respeto, porque a Chicha no le gusta abrir el cava antes de tiempo, pero les movía la fe y sus hijos que son los mejor informados sobre el nuevo Ceuta le animaban a ser optimista y apostar por el ascenso. Para un veterano que pudo aplaudir aquel primer ascenso en el Camp Nou, lo de Fuenlabrada era otro reto 45 años después. El fútbol que para Ceuta es religión, en casa de los Chicha es un motivo de unión para compartir esos momentos de gloria que se viven pocas veces en la vida. Imposible trasladar al papel tanta alegría de los Chicha.

Corazón

Para Luis Chicha que corría la banda derecha a toda velocidad y sabía marcar los tiempos del partido, nada que ver con estar fuera del campo o verlo por televisión, cuando el corazón se pone a mil por hora y tiene que salir a dar una vuelta por el salón, porque el árbitro no pitaba y el ascenso no podía esperar, pese a que le quedan dos jornadas más para intentarlo. La vida le ha regalado el segundo de los ascensos a Chicha. Como antes sus padres iban al ‘Murube’, ahora le toca a sus descendientes aplaudir a los nuevos futbolistas que luchan por esa ciudad que aman los Chicha.