La Coronación de Nuestra Señora de los Dolores: Un hito de fe, historia y vida en Arahal
Rafael Martín Martín, Cronista Oficial de Arahal


Arahal
Comentario Nº63 - Hoy quiero compartir con todos ustedes un acontecimiento de enorme relevancia para nuestra localidad, un hecho que marcará un antes y un después en nuestra historia y en el corazón de todos los arahalenses.
Se acerca un momento trascendental: la coronación de Nuestra Señora de los Dolores. Un evento que no podía pasar desapercibido para este cronista, y al que he querido dedicar estas palabras bajo el título:
"La Coronación de Nuestra Señora de los Dolores: Un hito de fe, historia y vida en Arahal."

Rafael Martín Comentario nº 63 - coronación
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Introducción: un día para la historia y el alma de Arahal
El próximo sábado Arahal se prepara para vivir uno de esos momentos que, más allá de la solemnidad ritual, marcan para siempre la historia espiritual y cultural de un pueblo. La coronación canónica de Nuestra Señora de los Dolores, titular de la Hermandad de Jesús Nazareno, es mucho más que un acto litúrgico; es una expresión profunda de fe, identidad y compromiso que enlaza generaciones y traspasa lo meramente visible.
Este acontecimiento, esperado durante décadas, es un reconocimiento a la constancia del amor del pueblo hacia su Virgen Dolorosa, un símbolo de esperanza y consuelo que, desde 1602, camina a la par con la historia de Arahal y de su gente.
I. La voz del alma: el pregón de Fali Lobato
Y si cada gran acontecimiento necesita un prólogo a la altura de su hondura, Arahal lo encontró hace solo unos días en el magnífico pregón que ofreció Fali Lobato en el Teatro Municipal. Fue algo más que una exaltación: fue una declaración de amor, un testimonio auténtico, íntimo y emocionado que caló en cada corazón presente. Fue la voz de una devota que habló desde la verdad de su infancia, desde el recuerdo de los primeros pasos en la fe, de los ojos de niña que ya buscaban refugio en la Virgen de los Dolores.
Fali no habló desde el artificio, sino desde la entraña. Sus palabras, profundamente sentidas, tejieron un puente entre la memoria y la esperanza, entre la tradición y el presente. Porque cada frase suya fue eco de tantas vidas que han crecido bajo el manto de la Dolorosa, y porque supo poner voz —con la belleza de lo vivido— a todo un pueblo que se prepara para coronar a su Reina.
Su pregón fue también un acto de justicia poética: en su mirada emocionada estaba representada toda una comunidad que ha aprendido a amar a María con ternura de hijo. Con él, el pueblo supo que el corazón de Arahal está preparado. Que la corona ya está forjada en el alma antes de tocar la sien de la Virgen.
II. La Hermandad de Jesús Nazareno y la Dolorosa: siglos de historia viva
La Dolorosa, imagen titular de la Hermandad de Ntro. Jesús Nazareno, fundada en 1602 bajo la advocación de la Santa Cruz de Jerusalén, representa un capítulo fundamental en la historia religiosa y social de Arahal. Desde sus inicios, la imagen de la Virgen de los Dolores ha sido la primera advocación dolorosa en la ciudad, y desde entonces se ha convertido en el alma mater de la fe popular.
No es casualidad que fuera la primera advocación mariana en Arahal. María, en su advocación de Madre Dolorosa, representa la fuerza en medio del dolor, la esperanza en la adversidad, y la presencia maternal que acompaña a los hombres y mujeres en sus penas y luchas cotidianas. Esta imagen ha sido, a lo largo de los siglos, un espejo donde Arahal ha reflejado sus esperanzas, sus temores y su confianza en el amor de Dios.
La Hermandad no solo ha sido depositaria de esta devoción, sino también testigo y actor de los cambios históricos. En momentos de guerra, epidemias, crisis económicas o transformaciones sociales, la Hermandad ha sabido mantenerse al paso, renovando sus compromisos y adaptando sus obras de caridad para responder a las necesidades del momento.
III. La Hermandad como motor de caridad y compromiso social
El papel de la Hermandad de Jesús Nazareno trasciende lo estrictamente religioso. La fe en sus titulares se ha manifestado históricamente en una entrega real al servicio del prójimo. Desde las acciones de socorro en épocas de necesidad hasta los programas de ayuda a los más vulnerables, la Hermandad ha sido un pilar esencial en el tejido social de Arahal.
En este siglo XXI, la Hermandad es ejemplo de cómo la fe puede y debe traducirse en obras concretas. Su papel pionero en la promoción de la donación de sangre en la localidad es una manifestación palpable de este compromiso con la vida y la salud del otro. No se trata de un acto aislado, sino de un servicio que enlaza con siglos de caridad y que sitúa a la Hermandad como un referente en la defensa de la dignidad humana.
Esta acción es un testimonio claro de que la Hermandad entiende que la fe no es solo una experiencia íntima o comunitaria, sino un compromiso activo con la realidad social, un reflejo del amor de Cristo que entrega la vida por sus hermanos.
IV. La coronación: símbolo mariano en el día de María Auxiliadora
La coronación canónica de la Virgen de los Dolores es un acto cargado de simbolismo que va mucho más allá del gesto litúrgico. Es, en primer lugar, un reconocimiento eclesial que ratifica la importancia de esta advocación en el seno de la Iglesia local y universal. Pero este 24 de mayo añade una dimensión aún más profunda: coincide con la festividad litúrgica de María Auxiliadora de los Cristianos.
Esta coincidencia no puede verse como algo fortuito. Porque si algo ha sido María en Arahal durante más de cuatro siglos, ha sido precisamente auxiliadora de su pueblo. Como en Valdocco, donde San Juan Bosco proclamó a María como protectora del pueblo cristiano en tiempos difíciles, también aquí la Virgen ha sido amparo constante, fortaleza en el dolor, luz en la noche oscura de la historia.
Hoy, cuando la Iglesia universal la invoca como Auxiliadora, Arahal la corona como Reina, como Señora del Dolor y de la Esperanza. Ambas advocaciones se encuentran en este día para recordarnos que María reina no por privilegio, sino por servicio; no por poder, sino por amor. La corona no es sólo símbolo de gloria, sino de entrega, de compasión y de cercanía con su pueblo.
V. Arahal, un pueblo que vive su fe en comunidad
La ciudad entera se ha volcado en esta celebración. Arahal se adorna, se embellece, se transforma en santuario vivo: calles alfombradas que se convierten en altares, balcones engalanados como tribunas de oración, corazones en vela de cada familia, de cada persona que ha puesto su grano de arena, convirtiendo sus casas en espacios de encuentro espiritual. Todo habla de una devoción que se ha hecho carne, que se ha hecho historia, que se ha hecho pueblo.


Esta implicación masiva es testimonio de un pueblo que no vive la fe como un asunto privado, sino como una experiencia comunitaria que se expresa en la belleza de la liturgia, en la solidaridad con los demás, y en la transmisión viva de la tradición a las nuevas generaciones.
La coronación es, por tanto, el fruto de una historia compartida, de un compromiso colectivo, y del deseo profundo de honrar a María no solo con palabras, sino con hechos y vida.
VI. La corona: símbolo de esperanza y compromiso
La corona que se impondrá a Nuestra Señora de los Dolores no es solo un ornamento, sino un símbolo de múltiples realidades entrelazadas: la fidelidad histórica de un pueblo, la entrega constante de una Hermandad, y la invitación a vivir una fe auténtica que se traduce en amor y servicio.


Es la corona de una Madre que acompaña a su pueblo en sus dolores, pero que también lo impulsa a ser signo de esperanza y luz en el mundo. Es la corona que simboliza la presencia constante de María en la vida cotidiana, en las alegrías y en las tristezas, en la salud y en la enfermedad, en la vida y en la muerte.
VII. El legado para el futuro
Esta coronación no es solo un acto de celebración, sino un compromiso para el futuro. Es una llamada a las nuevas generaciones para que mantengan viva la fe, para que continúen la obra de la Hermandad, y para que hagan de la devoción a la Virgen de los Dolores un camino de vida, de esperanza y de amor al prójimo.
Arahal, con esta coronación, renueva su identidad como pueblo mariano, comprometido con la fe y con la transformación social. La Virgen coronada es la Reina no solo de un día, sino de toda una historia, y el espejo en el que cada arahalense puede mirarse para encontrar fuerza, consuelo y sentido.


La coronación de Nuestra Señora de los Dolores de la Hermandad de Jesús Nazareno es, sin duda, un hito que une fe, historia, tradición y vida social. Es un acto que corona siglos de devoción y entrega, y que abre una nueva etapa para Arahal, un pueblo que se reconoce en la mirada maternal de su Dolorosa, y que, desde ese amor, se dispone a vivir una fe comprometida y generosa.
Arahal, con esta coronación en el día de María Auxiliadora, renueva su identidad como pueblo mariano, comprometido con la fe y con la transformación social. La Virgen coronada es la Reina no solo de un día, sino de toda una historia, y el espejo en el que cada arahalense puede mirarse para encontrar fuerza, consuelo y sentido.
Este acto será para todos una experiencia profunda, que invitará a mirar al futuro con esperanza, y a caminar juntos bajo la protección amorosa de la Virgen, Reina coronada de Arahal.

Sonia Camacho
Sonia Camacho es directora de Bética de Comunicación y fundadora de Estudio 530. Comunicadora andaluza...




