Córdoba da la bienvenida a su nuevo Obispo

Córdoba

La diócesis de Córdoba acogió a su nuevo obispo, monseñor Jesús Fernández González, que será el octogésimo segundo titular de la cátedra cordobesa desde que Lope de Fitero la restaurara en el siglo XIII.

Los alrededores de la Santa Iglesia Catedral se engalanaron para la ocasión, que comenzó con una procesión desde el seminario de san Pelagio hasta la Santa Iglesia Catedral acompañado del arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses y del administrador apostólico de la diócesis de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández. A su llegada a la Catedral fue recibido en la Puerta del Perdón por el Colegio de Consultores y el Cabildo. Una vez dentro del templo el nuevo Obispo, el Arzobispo de Sevilla y el Administrador Apostólico de Córdoba tuvieron un momento íntimo de oración ante el Santísimo en la capilla de la Inmaculada.

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A las 11 de la mañana comenzó la procesión desde la Sacristía hasta el Altar Mayor, donde tuvo lugar la Eucaristía a la que acudieron más de una treintena de obispos españoles, un representante de la Nunciatura Apostólica, sacerdotes diocesanos, familiares y amigos.

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En su homilía, el nuevo Obispo de Córdoba lanzó varios mensajes y pidió ser "humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor, esforzándoos en mantener la unidad de Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. En un contexto de este año jubilar, el papa Francisco nos recordaba que somos peregrinos de la esperanza. Una voz divina nos llamó a una vida natural. La misma voz nos llamó también a participar de la vida divina haciéndonos hijos suyos, discípulos y miembros de la Iglesia por el Bautismo y nos encargó un ministerio concreto en el contexto de una iglesia ministerial. Trabajemos a favor de los derechos humanos básicos como el derecho a la vida, el trabajo digno, la vivienda, la libertad religiosa y a la educación de vuestros hijos de acuerdo con vuestras propias convicciones", afirmó Jesús Fernández en su homilía, en la que también llamó al apoyo de los frágiles, pobres y excluidos.