¿Qué ha sido de la vía andaluza de Juanma Moreno?

Sevilla

Durante los últimos años muchos de ustedes habrán escuchado al presidente andaluz, a sus consejeros o a la dirección del PP hablar de “vía andaluza”. Este concepto pretendía ser un sello propio que diferenciara a Juanma Moreno de otros liderazgos como el de Isabel Díaz Ayuso.

La estrategia consistía en plantear que en Andalucía sí era posible llegar a acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez, como fue el caso de Doñana. En Andalucía siempre había disposición al diálogo. En Andalucía se huía de la bronca y del ruido político.

Y probablemente era de las cosas más valoradas por ese espacio político más centrado que el PP presume de haberle arrebatado al PSOE en Andalucía.

Pero algo ha cambiado en los últimos meses. La Junta está inmersa en un marco de confrontación constante en el que ya no hay espacio alguno para el acuerdo. Una reunión sobre quita de deuda se zanja en cinco minutos, se recurre la acogida de menores inmigrantes al Tribunal Constitucional, se lleva al juzgado la limitación de viviendas turísticas, se vota una pseudoreprobación del ministro Óscar Puente en el Parlamento y se plantea la conferencia de presidentes como un escenario de batalla para discutir temas como la ocupación ilegal, como si ese fuera el principal problema de la vivienda. Ese discurso me suena más de otro partido.

Y a todo esto hay que sumarle que Juanma Moreno se ha convertido en el protagonista, como ponente, del congreso nacional del PP. Un cónclave marcado por una estrategia de confrontación total con el Gobierno de Pedro Sánchez y que debe resolver un tema clave como es la relación con la extrema derecha de Vox.

¿Tendrá oportunidad ahí de introducir un mensaje centrado Moreno? ¿De marcar esa estrategia de distanciamiento de Vox ? ¿Habrá un llamamiento a abandonar el ruido y la bronca política? No parece fácil.

Probablemente sea tal el convencimiento que tiene el PP del desgaste de la imagen del Gobierno de Pedro Sánchez en Andalucía que está seguro de que suma más la confrontación que la moderación o el diálogo. Y más aún si vamos a un escenario de coincidencia electoral, como preveía hace poco Juanma Moreno. En ese caso, el terreno de juego va a ser sólo uno, y ya está completamente embarrado.

Pero todo tiene sus riesgos. Porque siempre puede aparecer alguien con Esperanza Aguirre, decir que Moreno e Isabel Díaz Ayuso son lo mismo “salvo matices” y enterrar ella sola tantos años de construcción de esa estrategia moderada de la vía andaluza.