El centenario castillo El Bil Bil afronta la tercera rehabilitación de su historia
Benalmádena saca a licitación esta reforma valorada en casi 900.000 euros
El castillo El Bil Bil fue construido en los años 30 del siglo XX como casa de baños / Benalmádena
Málaga
El Ayuntamiento de Benalmádena ha anunciado este jueves que saca a licitación la rehabilitación del castillo El Bil Bil por un montante de 827.000 euros
El proyecto contempla "mejorar toda su eficiencia energética, reformar su fachada y cubierta y sustituir el lucernario actual por uno con diseño contemporáneo. Además se remodelará El Portal para alojar la Oficina de Información Turística y se abrirán nuevas zonas, ahora en desuso".
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De la inversión total prevista, hasta 654.000 euros corresponden a una subvención del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia - Financiado por la Unión Europea - NextGenerationEU y el resto se financiará con recursos propios municipales.
Castillo El Bil Bil / Benalmádena
Castillo El Bil Bil / Benalmádena
“Esta obra no solo mejorará este emblemático enclave, de casi 900 metros cuadrados, sino que lo revitalizará para ofrecer una imagen funcional que refleje el carácter natural, contemporáneo y acogedor que tiene Benalmádena y su costa”, ha señalado el alcalde, Juan Antonio Lara.
Un centenario castillo
El castillo El Bil Bil fue construido en los años 30 del siglo XX como casa de baños por la familia Hermann, que tenía especial vinculación con Málaga donde solían pasar grandes temporadas en una lujosa casa que Manuel Atencia había construido para ellos en el Paseo Miramar, en la zona residencial del Limonar. El castillo se finalizará en 1936, sin embargo, los Hermann no pudieron habitarlo jamás ya que con el estallido de la guerra civil española, el matrimonio regresa a Francia.
Una familia americana, los Schestrom, figuran como los segundos propietarios, compran el castillo y realizan mejoras, especialmente en los jardines. Son los que bautizan al edificio, con el nombre que aun hoy perdura como Castillo del Bil Bil. Este curioso apelativo vienen dado de las contracciones de los nombres de los propietarios: Elsa (El), la esposa;,William (Bil), el esposo y, de nuevo William, (Bil)
El edificio estuvo habitado cerca de 30 años por los Schestrom.
A finales de los años 70, fue adquirido por su último propietario, Gerard Saintmoux, un mercenario en el Congo Belga que había huido de Bélgica y se instaló en la Costa del Sol, donde llevó a cabo varios negocios relacionados con la construcción
Durante su posesión, el castillo y su jardín, estuvo en el más absoluto abandono, hasta que, en los años 80, se declara el terreno como zona verde.
Saintmoux, ante la imposibilidad de especular con el edificio, decide finalmente vendérselo al ayuntamiento que lo convierte en un centro cultural.
Desde entonces, el castillo ha sido restaurado en dos ocasiones, una en los años 80 y otra en los 90.
