Un paso por los que no pueden darlo
Víctor Elizalde recorre la Vía de la Plata para dar visibilidad a una enfermedad ultra rara y apoyar causas solidarias
Víctor Elizalde
Desde Castelló hasta el faro de Trafalgar, pasando por más de mil kilómetros de esfuerzo, barro, sol y emoción, Víctor Elizalde se ha embarcado en una caminata solidaria por la Vía de la Plata. Apasionado por la montaña y el mar, Víctor ha unido su afición por caminar con una causa mayor: dar visibilidad a una enfermedad ultra rara provocada por la mutación del gen ADSL, que afecta a apenas 80 personas en el mundo, cuatro de ellas en España.
Elizalde, que ya el año pasado realizó un reto similar desde Castellón hasta Finisterre por la lucha contra la leucemia, decidió continuar este año con una nueva meta. "Si con mis caminatas puedo ayudar a otra gente, ya es maravilloso", afirma. Esta vez, su reto también apoya a la asociación AfricSoul, que trabaja para reconstruir una escuela en Kenia tras haber perdido sus terrenos.
El camino ha sido duro, especialmente en Galicia, donde la lluvia y el granizo hicieron complicado el avance. Aun así, Víctor encuentra motivación en cada paso. “Cada vez que avanzo, siento que he ayudado un poquito más a estos niños”, comenta emocionado. Además del esfuerzo físico, su preparación incluye meses de entrenamiento y el compromiso de utilizar todos sus días de vacaciones para estas iniciativas.
Víctor Elizalde en su lucha por ayudar a los que más lo necesitan
Víctor Elizalde en su lucha por ayudar a los que más lo necesitan
El apoyo que recibe, tanto de su entorno laboral en el puerto de Castellón como de empresas locales y donantes anónimos, ha sido clave. Entre las historias más emotivas destaca la de dos niñas que rompieron su hucha para donar todos sus ahorros. “Eso ha sido lo más bonito del camino, sin duda”, cuenta.
A través de su cuenta de Instagram Elizalde por el Camino, Víctor comparte su recorrido y anima a colaborar en el crowdfunding que ha abierto para ayudar a las asociaciones que apoya. “Lo importante es que cualquier persona que pueda ayudar, lo haga. No hace falta mucho, solo tener la voluntad”, concluye.
Su mensaje es claro: caminar con propósito no solo transforma el paisaje, sino también vidas.
