Toda España es de su equipo y del Mirandés
Orgullo Jabato: fútbol, alma y ciudad

El Mirandés debería patentar su modelo de club. / La Liga

Almería
Por su ciudad. Su presidente, su afición y su gran equipo: todos somos del Mirandés. Nadie sabe si ha superado al Athletic de Bilbao en cariño, pero no hay dudas de que sus éxitos son compartidos y nos identificamos con el equipo Jabato. No es flor de un día y se lo viene ganando a lo largo de las últimas temporadas con gestas en la Copa del Rey, unidas a grandes clasificaciones a base de futbolistas: cedidos en su mayoría. El modelo Mirandés se tiene que patentar y está tocando el cielo de la mano de un entrenador joven que los pone como motos a funcionar en los partidos. Cada jornada hay que apoyar a nuestro equipo del alma y esperar lo que haga el Mirandés: que suma si ha ganado y si pierde duele. Suele pasar que haya equipos más simpáticos que otros y lo de vivir un partido en Anduva es para no perdérselo por su gran afición.
Una ciudad bonita bañada por el Ebro. Un campo de los de antes. Y un presidente sin el poder de los millones de otros, hacen del equipo Jabato el segundo de todos los Españoles. Se puede decir que toda España es de su equipo y del Mirandés: por lo bien que le cae a todo el mundo. Hasta perder un partido con ellos parece doler menos al ver lo que le ponen en el campo unos futbolistas pasajeros que llegan a Miranda para lanzar sus carreras deportivas. Estamos ante un modelo duradero que se debe patentar y exportar como algo muy español. Es el equipo Jabato un ejemplo para aquellos que tiran el dinero con fichajes sonados, que la mayoría de las veces no rinden. Ricos en grandeza y cariño: se merecen ser de Primera División.
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Su gente
Lo mejor que tiene el Mirandés es su afición. Los que van al campo y los que te reciben en la ciudad dando servicio, se merecen lo mejor porque son acogedores, sencillos y agradecidos con tu visita. Siempre ha sido así en Miranda de Ebro, que te abre su campo y te puedes mover por el como uno de ellos. Van a lo suyo apoyando a su equipo desde el respeto y la cordialidad. Nadie se siente extraño en Miranda de Ebro y si te sientas a la mesa te pones hasta las ‘cejas’ con una excelente relación calidad-precio. Se come de cine. Tener un amigo en Miranda es una buena noticia y si es del Mirandés: ya son dos que piensan los mismo.
El campo
Me gustaba más el viejo sin la nueva tribuna que se ha levantado frente a los banquillos. Se entiende que no caben todos y tocaba meter la pala, pero se mantiene la tribuna de siempre y ese fondo de la grada y las cabinas tan singular. Que los equipos salten al campo detrás de una de las porterías se ha ido perdiendo con el paso de los años, y se mantiene en Anduva. Hasta la grada metálica del otro fondo no desentona, porque todo es armonía en ese campo de toda la vida por el que han pasado y sufrido los grandes clubes de España.
La filosofía
Si por lo anteriormente expuesto todos somos del Mirandés, si entramos en el modelo de equipo hay que quitarse el sombrero porque su presidente, Alfredo de Miguel, sabe hacer de ‘un duro seis pesetas’ firmando futbolistas emergentes para lanzarlos al mundo. Algo tiene ese vestuario que contamina al que llega. Entran futbolistas y salen Jabatos. No importa el club. Da lo mismo el país de procedencia, porque en el Mirandés todos son iguales. Los entrenadores triunfan y si vienen mal dadas se los mantiene. Nadie pierde la cabeza porque todo responde a una filosofía de club racional.

Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...




