Málaga monitorizará los pozos del Guadalhorce para evitar agotarlos

Málaga

La ciudad de Málaga empezará a contar a partir del próximo mes de julio con agua de los seis pozos del bajo Guadalhorce. Se trata de un importante acuífero que podrían aportar hasta la mitad del consumo de la capital a razón de 800 litros por segundo. Los recursos de estos pozos vienen a fortalecer el abastecimiento de agua en la ciudad y a reducir su dependencia de los pantanos. Si bien no es como otros acuíferos "que se agotan" porque en este caso "el agua que no se saca va al mar", explica la concejala de Sostenibilidad Medioambiental, Penélope Gómez, el ayuntamiento de Málaga quiere monitorizar el estado de estos pozos para evitar que a la larga su explotación pueda acabar esquilmándolos. Una monitorización que quiere llevarse a cabo con la Universidad de Málaga y que el consistorio ha sacado a concurso para que pueda estar a pleno rendimiento de cara a un próximo ciclo de sequía. A estos recursos hay que sumar el agua de los pozos de Alhaima y Fahala, en Cártama, que podrían aportar entre un 20 y un 25 por ciento del consumo de la ciudad.

La ciudad de Málaga ha conseguido rebajar el consumo de agua un 6 por ciento en los dos últimos años, según el balance realizado hoy desde el área de Sostenibilidad Medioambiental. La edil respnsable ha sacado pecho por estos datos, ha agradecido el esfuerzo de la ciudadanía y ha puesto de relieve el ahorro que han supuesto medidas como la reparación de las filsraciones de la red de agua, la bajada de la presión en los grifos y las obras de renovación de las tuberías, ahorro que ha cifrado en 1,1 hectómetro cúbico de agua durante 2024. Medidas que han evitado "cortes de agua" durante el pasado año, explica Gómez.

El gasto en agua de las duchas de las playas, "irrisorio", según el ayuntamiento

El ayuntamiento de Málaga mantiene para el próximo 15 de junio la puesta en marcha de las duchas y lavapiés de las playas, que dejaron de funcionar por la sequía. La concejala del ramo indica que se trató más bien de una medida "de concienciación" porque el gasto en este tipo de equipamientos es "irrisorio", supone un 0,24 por ciento del total.

Con todo, el consistorio sigue estudiando la posibilidad de usar agua de mar en duchas y lavapiés, pero este cambio no resulta fácil. Gómez explica que existe un problema con sanidad -la normativa sólo recoge el uso de agua potable en estas instalaciones, señala Emasa-. Este escollo requiere "a lo mejor un tratamiento previo" del agua "que ya no lo hace tan viable", añade la edil.