Que la Virgen nos perdone

Sevilla

El desplante a Villamanrique durante la procesión de la Virgen del Rocío va más allá de la rivalidad entre dos pueblos hermanos: es un triunfo de los radicales. No es una consecuencia, es el síntoma de la polarización que nos rodea, con especial incidencia en la juventud. Las diferencias históricas, lógicas por su pujanza y dinamismo en el Rocío, siempre han servido para airear las alfombras pisadas por tantos siglos de devoción compartida. Las dos deben estar atentas a crecer y mejorar unidas: ambas bajo un mismo manto, juntas en un mismo paraíso natural. Entenderse, respetarse; ayudarse… Multiplica su grandeza.

Almonte es la matriz, Villamanrique, la madre y maestra. La Virgen es la patrona de Almonte, Villamanrique, la primera y más antigua hermandad.

De un tiempo a esta parte, sin embargo, se ha impuesto el sectarismo; un trumpismo joven e ignorante, envuelto en una soberbia incompatible, no ya con el espíritu cristiano, sino con la propia convivencia. Son jóvenes sin embridar, que odian porque no conocen. Del mismo modo que la romería se adapta a los tiempos, Almonte y Villamanrique deben ser las primeras en volver al carril para seguir siendo faro y guía del Rocío. Ambas tienen el deber de ejemplaridad que inmortalizó Juan Pablo II: “Que todo el Mundo sea rociero”. El Rocío es compartir y compartir es amar, no dar la espalda, ni humillar. Si Almonte aspira a una próxima visita al Rocío del nuevo Papa, León XIV, tiene desde ya una tarea urgente: desterrar el oxímoron de una ‘Virgen castigadora’ que por cierto, ya se utilizó en otras décadas (camaristas, Triana…). Utilizar la procesión para que un pueblo no pueda rezar la salve como ha hecho durante siglos, siembra odio en lugar de concordia. Ambas hermandades tienen en sus juntas de gobierno personas cualificadas y con altura de miras.

Desde el Rocío también se lanza un mensaje al mundo. Ojalá no obliguemos otra vez a la Virgen del Rocío y a su Pastorcito Divino a tener que pedir al Padre que nos perdone porque no sabemos lo que hacemos.