Jerez, la ciudad que le dio la espalda al río

’Jerez, la ciudad que le dio la espalda al río’cc

Esta semana, en la Academia de San Dionisio el doctor de la UCA, Borrego Soto,ha defendido que, probablemente, la Batalla del Guadalete se produjera realmente en el término de Jerez, en los Llanos de Caulina, La Ina o la Gredera. Y esto me ha hecho reflexionar sobre lo lejos que está Jerez de su ‘Río de Cartuja’.

Hay ciudades que nacen abrazadas a su río: Sevilla con el Guadalquivir, París con el Sena, Londres con el Támesis… y luego está Jerez de la Frontera. El Guadalete pasa por allí, sí, pero como de puntillas, sin molestar, sin que la ciudad le eche demasiadas cuentas. Y uno se pregunta: ¿por qué? ¿Por qué esta ciudad, corazón mismo de viñas y caballos, no quiso arrimarse al río como todo el mundo?

Imagino que tendrá alguna explicación, no sé si hidráulica o defensiva. O a lo mejor que, simplemente, el terreno era demasiado propenso a desbordamientos y mosquitos. Vaya usted a saber. Jerez es una ciudad tan peculiar que, en vez de expandirse junto a un río, decidió florecer sobre una colina, rodeada de campiñas mirando más al interior que al cauce.

Así que sí: hasta para eso Jerez es distinta. Ni puerto fluvial, ni ribera romántica, ni selfies en un embarcadero. Aquí el río está, pero no manda. Y eso, lejos de ser una rareza, es otra prueba de que Jerez no necesita seguir corrientes: las crea