La mayor retrospectiva de Óscar Domínguez en 30 años propicia su reencuentro con Picasso

Oscar Domínguez (1906-1957). Personajes surrealistas, 1937. Colección particular / Gasull Fotografía

Málaga
La mayor exposición retrospectiva dedicada en los últimos treinta años al pintor tinerfeño Óscar Domínguez propicia desde este jueves su reencuentro en el Museo Picasso de Málaga con el artista malagueño tras la etapa en la que coincidieron en el París de las vanguardias.
Más de un centenar de obras componen este recorrido por la trayectoria de Domínguez (1906-1957) que toma el testigo de la muestra antológica que instaló en 1996 el Centro de Arte Reina Sofía.
Como ha resaltado en la presentación Isidro Hernández, comisario de la exposición, a Óscar Domínguez se le sitúa "como una de las tres grandes voces que España aportó al surrealismo internacional, junto a Dalí y Miró".
A ellos se podrían sumar otros nombres como los de Esteban Francés o Remedios Varo, pero el artista canario está en una lista "absolutamente de primer nivel" en la que figuran "los protagonistas indiscutibles del movimiento surrealista".
Entre las piezas que se pueden ver destaca un autorretrato premonitorio de 1933, en el que Domínguez se plasma cortándose las venas, como se suicidaría en 1957; varias obras en las que emplea como elemento recurrente el abrelatas; la emblemática 'Máquina de coser electrosexual ' (1934-35), o su invención de la decalcomanía, en la que se unía la técnica con el azar hasta crear imágenes casi fósiles.




