“Omnímoda” en La Coracha: La fotografía que transforma el arte, ya está en Málaga

Málaga

Desde su aparición hace más de dos siglos, la fotografía se ha mostrado tradicionalmente sobre papel, en dos dimensiones. Su uso habitual ha consistido en servir como recuerdo de acontecimientos y como testigo de la realidad. Sin embargo, el mundo está cambiando. El siglo XXI ha dado un salto cualitativo y ha convertido la fotografía en una forma de expresión, un lenguaje visual que ya no se limita a las palabras, sino que se materializa en imágenes.

Las redes sociales y las pantallas de todo tipo han influido notablemente en este cambio de uso de la imagen fotográfica, fenómeno del que los artistas más vanguardistas se han hecho eco. Los creadores nacionales más destacados utilizan la imagen fotográfica como base para la mayor parte de sus obras de arte, desde instalaciones y montajes hasta libros e incluso esculturas. La omnipresente fotografía lo invade todo.

"Omnímoda, la fotografía como display" es una exposición del MUCAC La Coracha que permanecerá abierta hasta el 12 de octubre. Esta muestra presenta una amplia representación de obras de arte en las que la fotografía es la base principal. No se trata de una exposición de fotografía artística, sino de una muestra de arte contemporáneo en la que la fotografía ha intervenido en algún momento del proceso creativo. La exposición incluye cien obras de 57 artistas, de los cuales la mitad son mujeres, con una amplia presencia de creadores andaluces y malagueños.

Entre los artistas participantes destacan figuras de reconocido prestigio como Joan Fontcuberta, Esther Ferrer, Ignasi Aballí, Carmen Calvo, José Manuel Ballester, Pilar Albarracín, Cristina de Middel, Carlos Aires, Daniel Canogar, Miguel Trillo, Ricardo Cases, Gloria Oyarzabal, Marina Núñez, Miguel Ángel Tornero, Pedro G. Romero y Marisa González.

El crítico cultural José Mateos recomienda esta exposición para este fin de semana. En ella se exhiben fotografías que, como una quemadura en la piel, aparecen grabadas en platos de porcelana para mostrar la fragilidad de la paz; también forman esculturas, invaden libros y transforman retratos hasta distorsionar su apariencia. No se ha mencionado aún la última sección, dedicada a las nuevas identidades y roles, donde una selección de obras de arte especialmente potente e interesante da cuenta de la evolución del género.

Esta no es una exposición al uso, como aquellas muestras de fotografías clásicas del pasado. Es una exposición que anticipa cómo será el arte del mañana: un arte que utiliza la fotografía como display, como soporte y lenguaje esencial de la creación contemporánea.