Quince horas pronunciando los nombres de los niños asesinados en Palestina

Córdoba

Empezaron a las ocho de la mañana y terminaron cerca de la una de la madrugada. Las plataformas pro palestinas de Córdoba quisieron ayer llamar la atención sobre la muerte de niños en Palestina.

Junto a sus nombres, a veces difíciles de pronunciar, una edad: tres años, cuatro años, cinco años, seis años. Al rato de escuchar sus nombres inmediatamente uno piensa en cómo serían, dónde vivirían, en qué colegio estudiarían y lamentablemente, cómo habrían muerto.

La muerte de niños en Palestina se ha convertido en un drama silenciado. Un drama inimaginable para las familias. Una realidad tan dura como para no querer mirarla. Pero la llamada a conciencia es necesaria. Y eso es lo que han tratado de hacer las plataformas este fin de semana en Córdoba.

María Eugenia Vílchez

Los ataques de Israel desde que empezó la Guerra de Gaza, dejan ya más de 15.000 menores muertos. Esa es la cifra oficial de los que han muerto en los hospitales, pero hay más víctimas.

Hay otros niños anónimos que no cuentan ni siquiera en la estadística porque han muerto en sus casas, o porque están todavía desaparecidos.

Durante quince horas de forma continuada las Plataformas pro palestina de Córdoba invitaron ayer a la ciudadanía de Córdoba a leer sus nombres. Una manera de ponerles cara, de que no queden en el olvido esas vidas que se han perdido solo por haber nacido en un país lastrado por un conflicto.

"Se trata de niños. Sus vidas son tan importantes como las de los nuestros", explica María Ángeles Rivas de los colectivos pro Palestina de Córdoba: Asamblea por Palestina, Plataforma Córdoba con Palestina, y Red UCO con Palestina.

"No son números, son personas"

"Tenemos que reflexionar acerca de este genocidio, Esto no puede seguir ocurriendo", explicó Rivas, mientras de fondo se escuchaban los nombres de algunos de los niños fallecidos.

"Ahora estamos leyendo los nombres de los niños de 4 años que han muerto en Palestina desde que empezó la Guerra. Son las diez de la noche y llevamos desde las ocho de la mañana leyendo sus nombres. Es simplemente terrible", concluyó.