EMASA alerta de que las campañas sobre el uso de las toallitas no están atajando el problema que provocan en el saneamiento

Málaga

La Empresa Municipal de Aguas considera que las campañas de concienciación sobre el uso de las toallitas higiénicas no están calando lo suficiente para atajar un problema que, cada año, le cuesta al ayuntamiento de Málaga casi dos millones de euros.

El año pasado se recogieron 2.200 toneladas de toallitas en las estaciones de depuración de Málaga, en el Guadalhorce y Peñón del Cuervo, un seis por ciento menos que el ejercicio anterior, sin embargo el número de estos desechables no ha disminuido de forma considerable porque el menor peso responde, en parte, a los sistemas de tratamiento y prensado que se utilizan.

Pese a que, desde hace años, el consistorio viene alertando de este problema, Concepción Fernández, responsable de depuración de EMASA considera que hay que seguir trabajando en la concienciación ciudadana porque deshacerse de estas toallitas por el inodoro causa problemas en los sistemas de canalización e impulsión, algunas terminan en las playas y su tratamiento viene costando cerca de dos millones de euros anuales a las arcas municipales: "Las campañas de concienciación están funcionando, pero también es cierto que se va reduciendo el volumen porque nosotros también vamos poniendo medios técnicos para que esas toallitas que nos llegan cada vez ocupen menos volumen y pesen menos, porque luego tenemos que llevarlas a vertederos y entonces también esos costes de vertederos los reducimos reduciendo el volumen y el peso de las toallitas. Hemos incluido muchos dispositivos de prensa para reducir ese volumen. Las campañas de concienciación están funcionando, pero no lo suficiente".

Toallitas que presentan una composición similar al plástico, contaminantes para el medio ambiente cuando alcanzan mares y ríos ya que tardan siglos en desaparecer y que causan atascos en canalizaciones y centros de depuración de agua que, de hecho, han tenido que incorporar nuevos sistemas para eliminarlas o retirarlas para evitar que colapse el proceso por obstrucción.

Del total de estas 2.197 toneladas de desechos, el 45,7% se extrajo en las limpiezas periódicas de la red de saneamiento municipal; un 40,3% quedó retenido en los sistemas de tamizado de las estaciones depuradoras de aguas residuales Guadalhorce y Peñón del Cuervo; y un 14 % se evacuó desde las estaciones de bombeo de aguas residuales operativas en la ciudad que están dotadas de sistemas de retirada de residuos sólidos. En cuanto a los datos de las dos depuradoras (Guadalhorce y Peñón del Cuervo), destacan las 874 toneladas de residuos, frente a las 697 del ejercicio anterior.

Esta acumulación de sólidos en las aguas residuales proviene, en su mayoría, de arrojar al inodoro residuos higiénicos no biodegradables como toallitas, bastoncillos o compresas.

Cierto que estos registros están lejos de las 3.700 toneladas de toallitas recogidas en 2017 y aun así continúan siendo un gran problema, pero el volumen recogido el pasado año equivale a que cada malagueño tire anualmente por el retrete más de tres kilos y medio de toallitas higiénicas.

Las campañas de concienciación hacen efecto, desciende el número de residuos, pero sigue siendo muy alta la cantidad y el dinero que hay que destinar para eliminarlas.