¿No notan ustedes un fuerte olor a urnas?

Les voy a dar un consejo que no me han pedido. Vayan ustedes preparando sus papeletas que en menos de lo que se esperan les van a llamar a filas…electorales.

Se supone que en Andalucía no hay elecciones hasta dentro de un año. Y que las generales y las municipales no caen hasta dentro de dos, ya a las puertas del verano de 2027.

Pero no hay que ser aficionado a los juegos demoscópicos para saber que cada vez es más pequeña la posibilidad de que se mantengan estos calendarios electorales.

Huele a urnas. Y cada vez con mayor insistencia.

¿Por qué?

Pues porque ni a Pedro Sánchez le salva ya su manual de resistencia para sobrevivir a los balazos que recibe de ese tridente de pícaros que ha reventado al PSOE por dentro ni a Juanma Moreno le vale ya con su manual de estabilidad para aislar a Andalucía del clima político insoportable que se vive en una España donde la palabra corrupción vuelve a ser de las más citadas en las conversaciones de bar y de WhatsApp.

Esto no más de sí. Hasta el punto de que hoy no se discute realmente si habrá o no adelanto electoral, sino si habrá o no coincidencia electoral, con urnas el mismo día para las nacionales y para las andaluzas.

Empecé con un consejo que no me han pedido y me despido con un vaticinio que no me han solicitado.

Me mojo. Huele a doble cita y huele a que puedan llegar para otoño.

Ya me dirán cuando llegue si me he equivocado o no.