Calle Larios, el bulevar que nació de una epidemia y se diseñó con alma de Chicago

Málaga

La calle Marqués de Larios, la vía más emblemática de Málaga, es hoy uno de los principales símbolos urbanísticos y turísticos de la ciudad. Lo que muchos desconocen es que su origen está vinculado a un grave problema de salud pública que afectó a la capital malagueña en el siglo XIX. El divulgador cultural, José Mateos, te cuenta su historia. Ya la puedes escuchar.

La necesidad de abrir esta gran arteria surgió a raíz de las epidemias que asolaban la ciudad, especialmente tras el brote de cólera de 1833. El foco del problema se localizaba en el antiguo barrio de trazado árabe que se extendía entre la plaza de la Constitución y la Alameda Principal. Este barrio, cerrado aún por la antigua muralla árabe que discurría por la actual calle Alarcón Luján, era un entramado de calles estrechas y oscuras, con abundancia de bodegas, bares y barberías. Estas condiciones lo convertían en un lugar insalubre y propenso a la propagación de enfermedades.

A instancias de los médicos y autoridades, se impulsó un ambicioso proyecto de saneamiento y modernización que incluyó la expropiación de toda la zona y el derribo de la muralla para permitir la entrada de la brisa marina. De esta transformación urbana nació la calle Larios, concebida no solo como una solución higiénica, sino como un espacio representativo del auge de la burguesía malagueña.

El diseño de la nueva vía fue encargado al maestro de obras Eduardo Strachan Viana-Cárdenas, quien se inspiró en el estilo arquitectónico de Chicago. El proyecto apostó por edificios con esquinas redondeadas, que permitían una mejor circulación del aire y dotaban de elegancia a las fachadas. La calle se construyó con una anchura de 16 metros y edificios de altura equivalente, generando un efecto de túnel cúbico de proporciones armoniosas. Las edificaciones se levantaron con dos plantas de fachada plana, dos con balcones y una última abuhardillada, siguiendo la moda parisina de la época.

Gracias a la cuidada combinación de altura, estructura y diseño, la calle Larios no tardó en convertirse en una de las arterias urbanas más admiradas de Europa. Su valor arquitectónico y artístico ha hecho que figure tanto en libros de arquitectura como en obras dedicadas al arte.

Hoy, la calle Larios no solo es un centro neurálgico del comercio y el turismo en Málaga, sino también un ejemplo de cómo la necesidad de mejorar la salubridad de una ciudad puede dar lugar a una obra maestra del urbanismo.