Siempre acompañar

Morón de la Frontera

Un amigo mío de fe decía ayer, que los caminos los tenemos llenos de cancelas que nos prohíben caminar con normalidad por nuestra vida, que no podemos abandonarnos ni decaer por aquellas preocupaciones que nos impiden utilizar tres de los verbos más útiles para nuestra convivencia, guiar, fomentar y acompañar.

Sus palabras, son mi guía en este comentario que actúa de pequeña despedida veraniega, me voy hasta septiembre si Dios quiere y ustedes también, voy a dar descanso a la mente que últimamente no me deja abrir una de esas cancelas, que se obstinan en cerrar y no dar viabilidad y luz al camino.

Hay tanta oscuridad fuera que buscar las respuestas cuesta trabajo, creo que poner límites y condiciones demasiado pronto acaba con esa libertad de dialogo.

Afortunadamente esto aquí lo tengo, escribir las columnas me ha dado la oportunidad de crecer por dentro, de fomentar mi facilidad de palabra y acompañar siempre a todos ustedes queridos oyentes, con mis opiniones, con las que nunca he pretendido buscar un confrontamiento y si ha sido así, siento haber caído en ese error.

Ahora es hora de afrontar las largas siestas de este verano, quien pueda tenerlas claro, es el mejor remedio para todos los males.

Los recuerdos siempre activan la vida, siempre hacemos como rutina lo que siempre ha funcionado y sigue funcionando.

Como saben, siempre tiro de los recuerdos y últimamente se me viene a la memoria mis tardes de verano después del almuerzo, en la hora de la siesta, cuando no existían los miles de canales donde ver la tele, solo dos, uno de ellos no funcionaba y el otro trabajaba con horario restringido o con horario laboral, ¿Quién lo podría decir eh? ¡Que hace 50 años ya existían esas medidas, no en todas partes claro!

Mi madre nos ponía una mantita en el salón y el ventilador y a dormir la siesta, sin preocupaciones, sin problemas…

Después fui yo quien ponía un colchoncito en el salón y hacia la siesta con mis niños y ahora velamos el sueño de la más peque de la casa.

Porque el o la caló se ha dejado caer y nos obliga a resguardarnos en ese colchoncito con ventilador o aire acondicionado, búcaro o agua embotellada, el que pueda claro.

Mi comentario podía haber seguido el camino de la denuncia, de la bajeza humana, de grabaciones ocultas, de políticos bajados al barro, de lo mal que sigue todo, guerras, empleo, vivienda, seguridad y calidad humana.

Pero como me voy, momentáneamente espero, mejor despedirse con buenas y cariñosas palabras, las que siempre me han ofrecido todos los que me siguen en la radio, la que me ha dejado expresarme con libertad, la que necesito como el aire que respiro, porque a pesar de todo, tienes donde elegir quedarte.

Abramos las cancelas que lo ocultan todo y dejemos los caminos libres, el aire limpio y vivamos con la conciencia sana.

Gracias por todo y buen verano amigos.