Presentación del libro ‘Historia documentada de las causas y consecuencias económicas, políticas y sociales de siglo XVIII bedmarense’ de José Manuel Troyano Viedma
El autor hace un pormenorizado recorrido por todos los aspectos de la vida de la villa en ese periodo, siendo la cuarta publicación sobre la materia
Presentación del libro ‘Historia documentada de las causas y consecuencias económicas, políticas y sociales de siglo XVIII bedmarense’ de José Manuel Troyano Viedma
Jódar
La presentación tenía lugar en el Centro Cultural ‘García Lorca’, con intervenciones de la primera teniente de alcalde, concejala de Festejos, Turismo y Medio Ambiente, Isabel Troyano Carreras, el Cronista Oficial de Jódar, Ildefonso Alcalá Moreno, ejerciendo de presentador-prologuista del libro, Ildefonso Cobo Navarrete, secretario general del Ayuntamiento de Granada y el propio autor, Cronista Oficial de la Villa de Bedmar, José Manuel Troyano Viedma.
Público asistente a la presentación del nuevo libro de José Manuel Troyano Viedma / Antonio Plaza
El acto se hacía coincidir con el 50 Aniversario del nombramiento del autor, José Manuel Troyano Viedma, como cronista de la Villa (7 de Julio de 1975).
Es el cuarto libro de la colección sobre la historia de Bedmar, que pretende alcanzar hasta las 6 publicaciones, iniciada en 2021:
- ‘La encomienda de Bedmar en la Orden de Santiago (1313-1837), publicado en 2021.
- ‘Bedmar, de Medievo a la Modernidad. La nueva villa (1409-1860) y el nievo señorío bajo el linaje de la Cueva’, publicado en 2022.
- ‘Patrimonio Histórico Artístico de Bedmar’, publicado en 2023.
- ‘Historia documentada de las causas y consecuencias económicas, políticas y sociales de siglo XVIII bedmarense’, publicado en 2024.
Intervención de la concejala de Turismo, Festejos y Medio Ambiente, Isabel Troyano / Antonio Plaza
Un libro con 848 páginas, dividido en 9 capítulos, con saluda inicial del alcalde de Bedmar y Garcíez, Enrique Carreras, artículo sobre la 50 Aniversario del nombramiento de José Manuel Troyano Viedma como Cronista Oficial de las Villas de Bedmar y Garcíez (7-07-1975:7-07-2025), Ratificación en el cargo (19/10/1982), reconocimiento a su labor divulgadores como Cronista Oficial y Prólogo por Ildefonso Cobo Navarrete.
Momento de la intervención del Cronista Oficial de Jódar, Ildefonso Alcalá Moreno / Antonio Plaza
Ildefonso Alcalá Moreno, Cronista Oficial de Jódar, en su intervención reinvindicaba al autor como Cronista de Sierra Mágina, y daba cuenta del acta del pleno, de 7 de julio de 1975, donde se aprobaba el nombramiento de Troyano como Cronista Oficial de Bedmar, “… Primero, como amigo personal de D. José Manuel Troyano, y segundo como Cronista Oficial de la ciudad de Jódar, es para mí motivo de gran satisfacción, el estar esta tarde con él y con vosotros, y más en este acto en que se cumplen sus 50 años como Cronista oficial, tus bodas de oro con Bedmar y Garciez, una deferencia que has tenido conmigo y que nunca olvidaré. Medio siglo de entrega, un legado imborrable.
La larga y fecunda trayectoria personal y profesional de don José Manuel Troyano, es por todos conocida y admirada. Pero sin duda, nada de ello hubiese sido posible sin el incansable apoyo de su esposa doña María Dolores Chicharro, y de sus hijos; ella y ellos han sostenido su espíritu en las grandes tesituras de la vida y en los momentos de fragilidad humana. Para los que estamos con esta afición, que supera en la mayoría de los casos nuestra propia existencia, para fundirse con todos nuestros quehaceres cotidianos, sabemos que sin la vocación que nace del amor a un pueblo, a todo un pueblo, con sus glorias y sus miserias, con sus anhelos y sus esperanzas, nada se hubiese logrado, y el camino hubiese sido corto y poco fecundo.
José Manuel Troyano, para los que lo conocemos desde hace muchísimos años, yo personalmente desde niño, ha sido para los que nos gusta, el poco valorado e incomprendido camino de la investigación histórica, un modelo a seguir, un maestro en muchos casos, y un fiel amigo que siempre ha estado ahí.
Su pulcra trayectoria, su compendio erudito en investigación, que quedará para siempre en sus libros y publicaciones, han hecho de Bedmar y Garciez, sin duda uno de los pueblos más estudiados de Andalucía, incansable investigador, meticuloso cronista, aglutinador de iniciativas en torno a este colectivo, muchas veces poco dado al trabajo en equipo, sin duda por la soledad que esta afición lleva consigo. José Manuel Troyano, ha sido mucho más que el Cronista oficial de las villas de Bedmar y Garciez, ha sido junto al inolvidable y recordado don Vicente Oya, “embajador” de estas tierras del Santo Reino por toda España, y cronista oficial de los cronistas oficiales de la provincia de Jaén. A mí me gusta llamarlo también el ‘Cronista oficial de Sierra Mágina’, porque ha escrito la historia de muchos de sus pueblos, único testigo que prevalecerá de ella.
Su compromiso para con Bedmar y Garciez ha sido tan grande, que será difícil que alguien lo supere, y más en estos tiempos en que vivimos, donde a todo se le pone una contraprestación material a cambio. Has superado difíciles batallas, escenarios inimaginables, simplemente por dedicarte a Bedmar y Garciez, y dar a conocer su historia. Hoy querido José Manuel, por fin tu pueblo ha comenzado a reconocerte, y se ha dado cuenta que como tú no ha habido nadie y tardará tiempo en haberlo entre los hijos de este pueblo. Seguro que muy pronto, Bedmar y Garciez proseguirán este sendero, y te veremos como Hijo Predilecto de estas villas y alguna calle o edificio llevará tu nombre. Bedmar y Garciez te lo pagarán así, y ojalá que en vida, para que lo veas y disfrutes, porque te los ha merecido, y tu familia también. Todo es fruto de tu entrega. Alguien dijo: “Los grandes logros suelen nacer de grandes sacrificios y nunca son fruto del egoísmo”. ¡Qué suerte tuvo este pueblo con tan ilustre vecino, con tan predilecto hijo!
A continuación me gustaría leer, en este 50 aniversario, aquella acta de pleno, donde fuiste nombrado como Cronista oficial de esta villa, y de la de Garcíez.
He aquí el texto: “En la Casa Consistorial del nuevo Municipio de Bedmar y Garciez a 7/VII/1975, siendo las 22 horas se reunieron en el Salón de Sesiones, previa citación al efecto los señores anotados al margen –(Presidente.- D. Ildefonso Medina Vargas. Vocales.- D. Narciso Vargas Garrido. D. Francisco Martínez Lanzas. D. José Manuel Troyano Viedma. D. Antonio Quesada Garrido. D. Julián Romero Quesada. D. Pedro Aguilera Gómez. D. Antonio Melgarejo Melgarejo y D. Cristóbal Medina Martínez. Secretario.- D. Francisco Párraga Párraga)- todos miembros de esta Corporación al objeto de celebrar Sesión Extraordinaria bajo la Presidencia del Sr. Presidente D. Ildefonso Medina Vargas con asistencia del Secretario Titular D. Francisco Párraga Párraga y teniendo lugar en 1ª Convocatoria, se tomaron los siguientes acuerdos: … QUINTO.- Nombramiento de Cronista de la Villa.
Por el Sr. Secretario se dio lectura a una carta suscrita por D. Narciso Mesa Fernández, Catedrático, el cual fue nombrado por el Anterior Ayuntamiento de Bedmar Cronista Oficial de la Villa y a cuyo cargo, según manifiesta en la expresada carta, renuncia, hecho que le es aceptado por esta Comisión Gestora. Acto seguido se trató de la conveniencia de nombrar nuevo Cronista Oficial, a fin de que el mismo se ocupase, entre otros asuntos, de la competencia de este Cargo, de seguir estudiando y ordenando el pasado histórico de esta Villa. Antes de tomar acuerdo sobre el particular, el Vocal D. José Manuel Troyano Viedma, con la venia del Presidente, se ausentó de la Sesión al observar el interés de éste y resto de los Vocales de que el nombramiento recayese en él y todo con la finalidad de que la designación se realizase con la más absoluta neutralidad.
Puesto el asunto a deliberación, la Presidencia hizo un detallado resumen de la labor que viene realizando D. José Manuel Troyano Viedma en la organización del Archivo Histórico, de los trabajos que viene realizando para la próxima publicación de un Libro sobre la Historia de Bedmar, de los interesantes artículos publicados en la prensa relativos a este Municipio, y sobre todo de la profesión que ostenta al ser Licenciado en Filosofía y Letras en la rama de Historia; concluyendo el Presidente que a su juicio es el que más méritos reúne para tal nombramiento. Puesto el asunto a votación, los Señores Vocales, al compartir unánimemente esta idea de la Presidencia, por ACLAMACIÓN, nombran Cronista Oficial de la Villa de Bedmar y Garciez a D. José Manuel Troyano Viedma con los derechos y deberes inherentes a tal cargo, el cual será gratuito, en virtud de los méritos y circunstancias que concurren en el designado…”.
Momento de la intervención de Ildefonso Cobo Navarrete / Antonio Plaza
Por su parte, Ildefonso Cobo Navarrete, concretaba el contexto histórico en el que se sitúa el libro, además de destacar que Troyano siempre profundiza en el día a día de los vecinos, el devenir cotidiano, el estudio de las costumbres, de ese sentimiento religioso que tenía la gente del pueblo, “… Entiendo que efectivamente es porque José Manuel se lo merece y bueno, pero aún así, aunque efectivamente sea merecida la visita… Ya lo ha dicho Ildefonso, son cincuenta aniversario de tu nombramiento como cronista oficial por el Ayuntamiento de Bedmar, que entonces presidía Ildefonso Medina, que recordad que era de apellido, más conocido por todos como Ildefonso ‘El del Chalét’, que por cierto tiene también una hija, Paloma, que también es compañera mía, secretaria de Ayuntamiento.
Bueno, la cuestión que nos ocupa hoy, aparte de celebrar o conmemorar su cincuenta aniversario, que es la presentación de uno más en la ya extensa saga de libros que tiene José Manuel, fundamentalmente centrados en la historia de Bedmar, en la historia del cuadro y en la historia de Sierra Mágina, creo que supera ya la docena de libros, todos bastante documentados, extensos, yo diría que con una vocación cuasi documental, a veces casi digamos que no solo tiene una parte en sí como libro, digamos que tiene una parte literaria, pero tiene también una parte bibliográfica y una parte documental que efectivamente hace que los libros de José Manuel se conviertan en verdaderas fuentes, verdaderas referencias, es decir, dentro de... bueno, hoy en día ya cualquiera que quiera conocer la vida o la historia de Bedmar inevitablemente tiene que acudir a los libros de José Manuel, no es el único autor que se ha ocupado de Sierra Mágina o el único autor que se ocupa o que se ocupa de Bedmar, pero sí es ciertamente que creo que con la profundidad y extensión que lo ha hecho José Manuel, pues hay pocos. También tiene una extensa carrera como cronista y en esa extensa carrera como cronista tiene pues también numerosos artículos, diría yo, comunicaciones que se han ido recogiendo pues en las actas de los congresos o de las jornadas de estudios de Sierra Mágina, por ejemplo, creo recordar, que se publicó, creo que tiene... hay un artículo precisamente que creo que es el precedente de este libro, que sería la historia de las instituciones políticas y económicas del mar en el siglo XVIII, que me parece se presentó en unas jornadas, en las vigésimas jornadas de estudios de Sierra Mágina y tal, pero bueno, conocemos todos su labor, digamos, como articulista, pues por ejemplo, Sumuntán, o en Torreón de Cuadros, durante muchos años se editaba Torreón de Cuadros, aquí en colaboración creo que participaba la Hermandad de Cuadros, la Virgen de Cuadros, el Ayuntamiento, etc. y seguramente más de uno de los que estamos aquí todavía conservamos uno o varios o todos los números en nuestra casa. En la revista Saudar, también la he publicado, en fin, bueno, en el Instituto de Estudios Gienenses, en fin, que tiene una amplia trayectoria como historiador, también como docente, evidentemente, pero en este caso no estamos refiriendo a tu faceta como autor, que se ha ido reflejando en estas publicaciones, que luego gran parte de ellas yo creo que han dado pie a su vez a la elaboración de esa extensa bibliografía que tienes, que se centra sobre Bedmar y Sierra Mágina.
A mí, de todas maneras, hay una cuestión que de tu obra particularmente me interesa y que siempre me ha llamado la atención y además creo que desde el primer momento, y es lo que, digamos, que tus libros, aparte de referirnos, digamos, a hechos históricos más o menos notables, porque también hay que reconocer que ciertamente en Bedmar, quizás por suerte, pues no hemos tenido batallas como la de Bailén o las Navas de Tolosa han sido cerca, pero aquí a lo mejor no hemos tenido hechos de esa envergadura histórica, pero bueno, es cierto que tu labor como escritor, pues como historiador, se destacan siempre hechos históricos, digamos, de renombre o momentos que han marcado el devenir histórico de nuestro pueblo y tal, pero creo que en gran medida también tu labor se ha centrado mucho en lo que, eso que creo que era un Unamuno y si me equivoco, me perdonáis los profesionales de la historia, aquello que se llamaba la intrahistoria, es decir, el día a día de los vecinos, el devenir cotidiano, el estudio de las costumbres, de ese sentimiento religioso que tenía la gente del pueblo, de cuál era su medio de vida, de cómo ha ido evolucionando, de cómo el pueblo en el siglo XVIII se dedicaba a los cereales y luego se va extendiendo el olivar, de cómo se forma la hermandad de la Virgen del Cuadros, de cómo crece el culto, etc…
Ese devenir histórico, digamos, ese estudio de las costumbres locales, de los sentimientos locales, de esa vida cotidiana que yo, para mí ya, de alguna manera, dibujaste o pintaste muy bien en un libro, creo que tendrá como 30 años, que era ‘Bedmar, la fuerza, la dignidad y la fe de un pueblo’, que a mí fue un libro que me gustó mucho. Lo compré cuando estaba viviendo en Mota del Cuervo, hace más de 30 años de eso, en la provincia de Cuenca, en uno de los veranos que pude venir y me he mudado a lo largo de los años varias veces, siempre que me he mudado el libro se ha venido conmigo, por supuesto, está ahora en la casa donde vivo en Granada, y bueno, es un libro muy bonito, muy bonito porque a mí me gustó mucho, fue la primera vez que yo tuve en mis manos un libro que hablaba de Bedmar, pero sobre todo hablaba de las gentes de Bedmar y contaba, pues no lo sé, yo recuerdo, por ejemplo, allí que estaba todavía, me acuerdo, el acta precisamente o el certificado del secretario del ayuntamiento de cuando se había nombrado a la alcaldesa patrona perpetua de Bedmar, por ejemplo, o había documentos, por ejemplo, del primer ayuntamiento democrático, documentos también que había de los años 50, de los años 60, fotos muy curiosas de la inauguración de una presa, etc., incluso había una foto de cuando se jubiló mi abuelo, Juan ‘El Aguacil’, cosa que también tengo que reconocer que me hizo mucha ilusión. Entonces, para mí, esa es una de las características principales de tu labor, y eso se ve reflejado a lo largo de todos tus libros, no solo has ido destacando hitos importantes o hitos considerables, sino que el trasfondo, el trasfondo ese que hay, que es la vida diaria de los vecinos, y ahora, pues a través de la evolución de tu propia obra, pues en los últimos tiempos, creo que es, no sé si es la segunda o la tercera obra de una trilogía que tienes, que está centrado en los últimos años, concretamente sobre la evolución de las instituciones, que está centrado sobre la evolución de las instituciones económicas y sociales en España.
Este libro intenta analizar Bedmar en el siglo XVIII, bueno, el siglo XVIII español, es el siglo de los Borbones, fundamentalmente es el siglo de la Ilustración, los Borbones llegan al principio del siglo XVIII a España, cuando termina, cuando el último rey austriaco de Carlos II fallece sin descendientes, hay una guerra, como consecuencia de esa guerra, gana el bando borbónico, llegan los Borbones a España con Felipe V, empieza a cambiar lentamente la configuración del Estado español y también, de alguna manera, pues de las instituciones locales. En un primer momento hay pocos cambios, es verdad que el mundo municipal, o el mundo de las corporaciones, digamos de las colectividades locales a principios del siglo XVII, era un mundo muy disperso, no había dos localidades o dos municipios en nuestro país que se gobernaron de la misma manera, unos todavía eran señoríos, otros dependían de la autoridad real, en fin, tenían distintas maneras de nombrar a sus autoridades, distintas instituciones y tal, eso en un primer momento no cambia, pero sí es cierto que luego, conforme va avanzando el siglo, y vienen Carlos III, Fernando VI, en fin, vienen los Borbones ilustrados, se empiezan a tomar medidas de reforma a nivel nacional, que también llegan repercutiendo a las entidades locales de aquella época, entre los años 1750 y 1754, se hace una encuesta general, bueno, hay un ministro de España muy importante que es el Marqués de la Ensenada, a ustedes seguramente, a muchos les sonará, pero a los que no les suene, pues les voy a decir que es el que inventó el catástro, o al menos el que lo puso en marcha, no sé quién le dio la idea del catástro, pero fue el que la puso en marcha, ya saben ustedes que el catástro es la herramienta esencial para que luego los ayuntamientos nos puedan cobrar el IBI, o antiguamente la contribución territorial. Bien, entonces el Marqués de la Ensenada es un ministro de Hacienda, un reformista, piensa o entiende que la contribución de los ciudadanos españoles se tiene que hacer en función de la riqueza que uno tenga, de lo que te produce la tierra que tienes, si tienes riqueza industrial, comercial, otro tipo de riqueza personal, y claro, hay que saber cuáles son las fuentes de riqueza que tiene cada ciudadano y dónde están esas fuentes de riqueza.
Para esto se elabora una encuesta que hace el Marqués de la Ensenada, se manda a todos los municipios de España, son 40 preguntas, y a esas 40 preguntas, no sé, había un plazo, no sé exactamente qué plazo dieron para contestar, pero bueno, normalmente la mayoría de los municipios, creo que entre 1750 y 1754, creo que es cuando se contesta, se da respuesta por parte de la inmensa mayoría de los municipios españoles a esas 40 preguntas, que luego dan lugar a la elaboración de un catástro, que lo que pretendía era imponer un impuesto que se llamaba la única contribución.
Finalmente, lo del impuesto no se hizo así, como quería el Marqués de la Ensenada, pero sí que es verdad que ese trabajo documental de elaboración de esa fuente de información quedó ahí y esa es la base de muchos de los documentos que tenemos actualmente en nuestro país sobre los que se atienda el funcionamiento de la Hacienda Pública, insisto, el origen, sin bromas, del catástro actual, sobre el que se cobra la contribución en Libia actualmente, pero tradicionalmente en nuestro país la contribución de rústica o la contribución de Urbana sale de esta idea del Marqués de la Ensenada.
Bueno, conforme se hace esa reforma, se empiezan a reformar también las instituciones locales y se empieza a establecer una serie de normativas estatales que, de alguna manera, intentan uniformar los cargos que tiene que haber en cada municipio, quién toma las decisiones y, sobre todo, lo que intentan es que haya un determinado control en el gasto y, por tanto, en la obtención de ingresos por parte de los consejos municipales como en el gasto que se tiene que ejecutar.
Parece ser que, no me voy a extender en esto porque además es una cuestión técnica que tampoco yo no conozco en profundidad, parece ser que las medidas de reforma tuvieron un cierto éxito limitado porque sí que parece que, sí que al parecer se mejoró en alguna cuestión el funcionamiento de los concejos, pero en sí los principales destinatarios de las mejoras que esto tenía que acarrear y de las mejoras del saneamiento de la hacienda municipal, que tenían que ser los vecinos de los pueblos, parece que en la mayoría de los sitios esto no tuvo nunca un reflejo significativo.
En esa época del XVIII español y cuando se están aplicando estas medidas ilustradas de los Borbones es cuando, se sitúa el libro de José Manuel, es un momento en el que, creo que antes he hecho mención a esto, perdón si me repito, fundamentalmente la agricultura de Bedmar se basaba en el cereal, en ese momento también hay olivar, creo que el olivar está en expansión, también había el cultivo del esparto, había una industria del esparto floreciente en aquella época y digamos que en torno a eso se organizaba la vida económica de Bedmar, también había ya, digamos en esa época, es una época de auge del sentimiento religioso, de auge del culto mariano y en este caso pues también, digamos, toma importancia o relevancia el culto y la veneración a Nuestra Señora la Virgen del Cuadros.
Bueno, este es un poco el contexto en el que estamos, como ya digo, ya parte de esto lo había analizado José Manuel en ese artículo donde, a través del análisis de las instituciones de Bedmar, política y social en el siglo XVIII, se analizaba, creo que también había bastante referencia a Albanchez, porque durante mucho tiempo, esto yo ya no me meto en estas cuestiones que las explicas tú muy bien y yo no las explica, Bedmar y Albanchez, pues bueno, tenían una especie de mancomunidad y de alguna manera, digamos, que tenían una especie de gobierno conjunto antes de, aunque luego cada uno tuviera su propia autonomía.
Por destacar alguna cuestión más del libro, pues bueno, cómo no, una mención expresa en el libro, un capítulo entero, pero por todo el libro, digamos, aparece la figura del Cardenal de la Cueva, Don Bertrán de la Cueva, que es el primer marqués de Bedmar, es el señor, ya sabéis vosotros que Bedmar dependía del señorío de la familia de la Cueva y hasta el que no llega, el Cardenal de la Cueva, no tenemos marquesado, sería el primer marqués de Bedmar, ya se habló, creo que el año pasado, o hace dos años, se habló aquí de la figura, creo que hace dos años, de la figura del Cardenal de la Cueva, de lo que representa una figura, digamos, que tiene un reconocimiento literario y que incluso aparecía en fuentes históricas y en fuentes literarias europeas, si lo explicaron aquí, Encarna Medina y Pedro Fresno, y con José Manuel analizaron muy bien esta figura. Bueno, tú aquí, claro, te centras sobre todo en el marqués como benefactor de la vida de Bedmar, en la institución de la Obra Pía… Claro, luego ya entendí que la obra pía es una obra de un clérigo que, en definitiva, lo que tenía era la misión de ayudar a huérfanos, a menesterosos, a hijas de familias pobres, etcétera, etcétera, para que de alguna manera no quedaran desamparados, una obra de una institución que tuvo una importancia fundamental durante tres siglos en la villa de Bedmar y que puso en marcha el Cardenal de la Cueva y que, evidentemente, condicionó el devenir del pueblo y el desarrollo de la sociedad y de la economía bedmarense desde mitad del siglo X, desde el mil seiscientos y pico, desde la mitad hasta prácticamente yo creo que casi hasta la Guerra Civil o un poco antes. Hasta 1941. Pues hasta el final de la Guerra Civil prácticamente entonces.
Y bueno, también te dedico a un capítulo especialmente a la importancia que tiene y al auge del clero en aquel momento también de la sociedad, por lo que estamos hablando, por esa explosión del sentimiento religioso que hay y tal, en fin. Hay, como digo, una cantidad de información muy amplia, muy documentada, muy exhaustiva, como tú nos tienes acostumbrados, realmente para cualquiera que quiera, para todo aquel que tenga deseos de beber de las fuentes, del conocimiento sobre cuál es el origen de nuestro pueblo y cuáles son, digamos de alguna manera, las circunstancias, las causas y las consecuencias que nos han traído hasta hoy aquí, pues yo creo que no hay más que decir que aquí tiene una referencia obligatoria en esta historia documentada de las causas y consecuencias políticas, económicas y sociales de Pemba en el siglo XVIII…
Para terminar y no extenderme ya más, tengo que decir que tengo el libro delante y estoy viendo la contraportada, claro. Y a mí la contraportada, cuando me enseñó el libro José Manuel, me sonaba, ¿no? Y entonces ya me dice, no, no, que esta foto es de un cuadro que estaba en casa de Juan Francisco ‘El Herrero’, de Juan Francisco Herrero y de Juan Santa, que son los abuelos de mis primos hermanos ‘Los Herreros’, mis primos Juan y mis primos Francisco, claro. Yo de joven, además vecinos míos, nos pasábamos toda la vida entrando y saliendo allí y yo decía, ¿y a mí de qué me suena esto? Pues efectivamente era un cuadro que había en la casa, que todavía conserva, de Juan Francisco ‘El Herrero’.
En fin, bueno, pues José Manuel, que enhorabuena por el libro y sobre todo enhorabuena por los 50 años y solo una cosa antes de terminar, a mí me gustaría que tú, por supuesto, como es tu momento, tú habla de lo que a ti te parezca mejor, pero hombre, yo me gustaría que en algún momento nos dijeras en estos 50 años, como cronista, cuál ha sido el momento que más has disfrutado, cuál ha sido el momento que has dicho, ¡qué suerte haber estado yo aquí para ver esto y poder contarlo!...”.
El autor hace un pormenorizado recorrido por todos los aspectos de la vida de la villa en ese periodo, siendo la cuarta publicación sobre la materia, siempre con ilustraciones y bibliografía en la que se han basado, “… Después de escuchar a mi amigo Ildefonso Alcalá, y después de las palabras de Ildefonso Cobo Navarrete, hijo de Andrés y de Lola, la verdad es que te quedas sin palabras, con ese énfasis que pone en tu discurso, esa palabra que te caracteriza, esa voz que te caracteriza, me pone el pelo de punta. Ahora no sé qué decir, es que es contigo. Lo que sí le puedo decir es que su amabilidad, porque esto fue un atraco a mano armada, yo llegué a su despacho, que por cierto es una isla panciverde, o sea allí si lo hace Jimena uno le Jódar al otro y a él es el jefe, pero aquello es de una amabilidad y de un cariño de respeto cuando te reciben en su despacho, que está abierto para todo, y entonces pues fue un atraco a mano armada, llegar con un libro de 848 páginas y pedirle que haga el prólogo, si a mí me cuesta trabajo, me va a costar hoy trabajo, hacer una síntesis de los nueve capítulos que tiene el libro…
Y bueno, satisfecho del prólogo que hizo al libro, el cariño que me mostró siempre…
En fin, él ha hablado de qué momento, pues te voy a decir una cosa, y ha sido muy reciente, no me lo esperaba, fue cuando me concedieron la Medalla de Oro de la Villa. La verdad es que fue un momento para mí y para mi familia inolvidable, yo creo que no lo olvidaré mientras viva y agradezco a la corporación el acuerdo que tomó y bueno pues sí lo acepté y la verdad es que muy contento, muy contento.
Independientemente de otros muchos, porque también el día que me nombraron miembro de honor de la asociación nacional de Cronistas en Avilés, en Asturias, pues la verdad que una asociación nacional te reconozca como uno de los tres miembros de honor que por estatutos obtiene, pues la verdad que también te deja huella.
Pero por parte cronista y por parte de mi pueblo, independientemente ya de cronista o de haber colaborado estos 50 años con todas las corporaciones, gracias a Dios, muy bien con todas ellas, pues la verdad que me dejó muy satisfecho. Así que espero que te haya gustado la respuesta, pero yo muy contento en esa parte…
Hablaba el Ildefonso de una saga, efectivamente con Juan Francisco Serrano Martínez tuve la suerte de publicar ‘La Encomienda de Bedmar’, con Pablo Ruiz, ‘El señorío y el concejo, el nacimiento de Bedmar a la modernidad’. Estando mi prima de alcaldesa en funciones, el año pasado presentamos un libro de ‘El patrimonio histórico, artístico de la villa de Bedmar’, y este año pues tocaba con don Enrique, que por motivos que surgen por los cargos que uno ocupa, presentamos esta ‘Crónica documentada o historia documentada de las causas y consecuencias del siglo XVIII bedmarense’. Bueno, dejaremos primero del siglo XVII y luego ampliaremos pues algunas de esas consecuencias del siglo XX y XXI.
De esta saga, que espero que sean seis, aún quedan dos, pero no voy a desvelar nada más hasta el momento. Y siempre que el ayuntamiento pueda ser dispuesto, porque estas cuatro publicaciones han corrido con cargo al ayuntamiento, se han regalado y creo que esta tarde al final a los asistentes se les entregará también el libro. Así que muchas gracias al ayuntamiento por vuestra colaboración, porque sin vuestro apoyo económico muchos de estos trabajos no venían.
En un principio, para entender este libro hay que empezar por el siglo XVII, los años finales del siglo XVII, porque ahí es donde están prácticamente las causas que van a originar todo lo que se va a producir en el XVIII y después las consecuencias en el XIX. Hemos de decir que al final del siglo XVI Bedmar contaba con 600 vecinos y al final del siglo XVII solo con 250.
La verdad que el siglo XVII fue un año de catástrofes, además dentro del concepto de la historia de España es el año de la decadencia, el siglo de la decadencia, con los austrias menores y pues bueno, una serie de infortunios, llámese peste, llámese tempestades, llámese el año de las aguas, le llamaban aquí en Bedmar, o terremotos, temblores de tierra, pues fueron dejando muy mermada a la población.
Unas catástrofes naturales que afectó pues prácticamente a barrios de nuestro pueblo, como el barrio del Pilarejo, las calles llanas, el camino viejo, que dejaron las casas prácticamente ya de algunos de sus ermitas e iglesias, como por ejemplo la de Santo Bastián, había perdido las tejas, la de Santiago en Villavieja se dejó ya abandonada en 1684, porque ya era imposible recuperarla, la ermita de la Concepción que se había construido a finales del siglo XVI, pues en 1684 prácticamente también sufrió las vicisitudes de estos años.
En los aspectos sociales, pues hasta los ciegos comandados por Gil López, tuvieron que reivindicar sus derechos como tales invidentes, y siguiendo con ello, pues la celebración litúrgica de algunas festividades, como por ejemplo el Corpus, Carnaval, pues dejaron de hacer las procesiones, porque el ayuntamiento que concorría con esos gastos, pues no podía pagarlos los actos que se incluían por el ESA, y quedaba limitada simplemente a la ESA.
Las enfermedades producto de esas inundaciones, el desbordamiento del río Cuadro, de los barrancos, habían dejado prácticamente todas las huertas pedregosas, sin poder cultivar en ellas, y encima esas aguas que nos abastecían, nuestros pilares, en aquel momento dos pilares, el pilarejo y el de la calle La Fuente, o el de la plaza de abajo, más conocido. Pues la gente cuando iba por agua, pues la verdad siempre estaba con aguas infectadas. Claro, todo esto provoca una situación económica en los vecinos bastante lamentable, y además la monarquía tenía que cobrar, manda a sus cobradores, y aquellos que no podían, pues los metían incluso hasta la cárcel. Claro, cuando en los años mediados de la segunda mitad del siglo XVII, pues la deuda era bastante elevada, y cuando venían los cobradores, pues se encontraban que algunos ya habían fallecido, otros habían emigrado, y otros eran pobres de solemnidad, así que se tenían que venir como habían llegado…”.
CONTENIDO-INDICE
Portada. Composición idílica del castillo-fortaleza del ‘Mirador’ de Bedmar sobre la Villa desde el Cerrillo de la Hoya (S. XVIII), procedente de un panel de la Puerta existente en el Palacio de San Benito en Cazalla de la Sierra (Sevilla), fotografía Ildefonso Alcalá.
Introducción. La villa de Bedmar en los años finales del siglo XVII.
Apéndice documental
Capítulo I. Cartografía y Evolución de la Población de Bedmar (siglos XVI-XIX).
Capítulo II. La Mancomunidad de Bedmar y Albanchez (siglos XVI-XX).
Capítulo III. La Encomienda de Bedmar y Albanchez (siglos XVI-XIX).
Capítulo IV. Señores (siglos XVII-XIX) y Marqueses de la Casa de Bedmar (siglos XVII y XX).
Capítulo V. El Patronazgo de la Obra Pía fundada por el Cardenal en la Villa de Bedmar (1651-1941).
Capítulo VI. LA vida del Concejo Municipal.
Capítulo VII.- La villa y el término de Bedmar según el Catastro que mandó realizar D. Zenón de Somodevilla, Marques de la Ensenada (1749- 1754).
Capítulo VIII. La vid eclesiástica bedmarense y sus servidores.
Capítulo XIX. Protagonistas e Hidalguías de nuestra historia local (1680-1820).
Relación Cronológica de Documentos.
Fuentes y Bibliografía.
Epílogo por José Manuel Troyano Chicharro.
El autor: José Manuel Troyano Viedma, por Ildefonso Alcalá Moreno.
Índice.
Contraportada. Cuadro al óleo de la Villa de Bedmar a finales del s. XIX, propiedad de l familia Navarrete-Medina (Pintor anónimo).
Finalizaba Troyano dando a conocer la conclusión del expediente tramitado desde el Obispado de Jaén, de Beatificación sobre 124 mártires de la Guerra Civil, ha sido aprobado por el Papa León XIV, entre ellos el bedmarense Pedro Marín Martos, pendientes las fechas de los actos de proclamación en la Catedral de Jaén.