Sandy Alcázar, buceadora de competición y activista bajo el mar

Cádiz

“Mucha adrenalina”. Así describe Sandy Alcázar lo que siente cada vez que se pone un neopreno y se sumerge en el agua. Esta francesa de 33 años, buceadora de competición, se enganchó a este deporte en un viaje a Hawai. Desde entonces, no ha dejado de realizar inmersiones.

Unas gafas, un regulador, una botella, un jacket o unas aletas son algunos de los elementos que necesita para practicarlas. “El buceo se hace en equipo y se crea una gran familia”, explica esta deportista que llegó a Rota con 8 años cuando sus padres, veraneantes de la costa gaditana, decidieron mudarse.

En 2021 completó el curso reglamentario y, al año siguiente ya estaba participando en su Primer campeonato de Andalucia de Buceo de Competición. Para su sorpresa, alcanzó el primer puesto en dos de las pruebas, y tercera, en otra.

Así descubrió que se le daba bien este deporte del que se considera una apasionada. “Hay premios y eso motiva muchísimo”, dice Sandy, que ha llegado a obtener oros, platas y bronces en competiciones autonómicas y nacionales representando al Club Capitán Garfio de Rota y a la Federación Andaluza de Actividades Subacuáticas.

Esta última, le concedió una distinción “muy especial”, la de Mejor Deportista Femenina por obtener el mayor número de puntos realizado en la competición andaluza. Ella recuerda con cariño cada prueba en la que ha participado.

Según explica, combina distintas disciplinas y siempre se realiza en una piscina olímpica o municipal, es decir, en un entorno controlado. A veces, se sumerge unos 5 metros, y otras, tan solo un metro y ochenta centímetros, teniendo muy poco margen de error. “Se mezcla acnea o natación y requiere mucha mucha velocidad, hay hasta siete categorías de pruebas”, añade.

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En este deporte minoritario, todo está muy medido. En la exactitud está la destreza. Aunque pueda parecer complicado, Sandy asegura que “cada vez viene más gente con más aptitudes para este deporte”. Pese a que “casi nadie” conoce que también se pueden ganar medallas en esta modalidad.

Para la gran mayoría, el buceo suele estar asociado a la contemplación del mar. En el caso de esta francesa, no se queda mirando, sino que también colabora en limpiezas del fondo marino desde puertos deportivos y playas. Labores de activismo que realiza con su club Capitán Garfio de Rota. “Es un choque de realidad”, dice, sobrecogida por “todo lo que se puede sacar del agua”. Menciona bicicletas, neumáticos o botellas. “Es consecuencia nuestra. Es un honor poder participar”, comenta.