“Pasaporte, agua fresquita y cero mareos" guía veraniega para viajar con tu mascota
Alimentación, documentación y otras cosas que tenemos que saber para viajar con nuestras mascota, con Carmen Albéndiz, del centro veterinario d´Qi
Consultorio veterinario: viajar con mascotas
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¿Quién no ha visto a su perro asomando el hocico por la ventanilla, disfrutando del airecito como si estuviera en un descapotable? Pues bien, detrás de ese gesto tan simpático puede haber un intento desesperado por no marearse.
Así lo ha contado en el consultorio veterinario de Hoy por Hoy Córdoba, donde la veterinaria Carmen Albéndiz, desde el Centro Veterinario d´Qi, nos ha ofrecido una guía de viaje para humanos con mascota... y con sentido común.
Porque sí, viajar con nuestro perro (o incluso con el gato) es posible, pero no vale improvisar. Como dice Carmen, esto es “como ir con niños chicos”: hay que planificarlo todo para evitar acabar con el viaje de tu vida, pero no en el buen sentido.
Documentación en regla
Primero, lo básico: consulta veterinaria, vacunas al día y el famoso “pasaporte azul” canino (sí, ese que no te lleva a la playa pero evita líos con la Guardia Civil o en la aduana de vuelta de Marruecos). A partir de ahí, toca preparar la maleta del peludo: "debemos llevar su cuenco, agua, comida, medicación si la hay, bolsitas, cama con su olor (¡nada de cama nueva!) y, por supuesto, sistema de sujeción en el coche", recuerda la veterinaria. Porque lo de llevarlo en brazos o suelto ya no vale: multa al canto y peligro asegurado.
Cómo evitar que nuestro perro sufra un golpe de calor / Cadena SER
Cómo evitar que nuestro perro sufra un golpe de calor / Cadena SER
Biodramina para perros
¿Y qué pasa si el perrete se marea? Pues, como las personas, hay perros que disfrutan del coche y otros que lo asocian a un pinchazo en el veterinario. Para estos últimos, paciencia, premios y trayectos cortos para habituarlos. Y si no hay más remedio, existen pastillas similares a la biodramina. Algunas, eso sí, los dejan un poquito “modo siesta”.
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Viajar con gatos, solo si no hay mas remedio
En cuanto a los gatos, Carmen Albéndiz lo tiene claro: "si el viaje es corto, mejor que se queden en casa con alguien que les dé de comer". El estrés felino no es cosa menor: puede traducirse en enfermedades. Y si no hay alternativa, siempre se puede optar por una buena residencia felina, de esas con camita, hilo musical y trato VIP. Eso sí, mejor evitar sustos en el aeropuerto: viajar al extranjero con mascota exige planificación con meses de antelación y más papeles que una hipoteca.
