Pablo Gutiérrez Alviz, notario y director de la Academia de Buenas Letras de Sevilla, presenta 'El Sacacorchos', su quinto libro

'El sacacorchos' es una miscelánea de artículos escritos por el director de La Real Academia de Buenas Letras y notario, Pablo Gutiérrez-Alviz, editados en forma de libro por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Gutiérrez Alviz obtuvo el Premio Extraordinario de Fin de Carrera y el Premio de la Real Maestranza de Sevilla al mejor expediente académico, además del Premio Nacional “La Ley”. Desde 1999 es colaborador habitual en los periódicos del Grupo Joly. Su trabajo como articulista ha sido recopilado en cinco libros: Un patinete de lujo (Sevilla, 2003), Cariño, quítate la corbata (Sevilla, 2006), La soldada rasa. (Sevilla, 2017), El testamento del espía (Sevilla 2020) y El sacacorchos (Sevilla, 2025), de que hoy hablamos.

En esta obra se Gutiérrez Alviz, invitado al programa Hoy por Hoy Sevilla, utiliza el humor, la ironía o el recuerdo a determinados personajes a partes iguales. Hay también homenajes a personajes relevantes de la vida sevillana que ya no están entre nosotros y que fueron académicos de Buenas Letras, como Antonio Burgos, Ismael Yebra o Enrique Valdivieso, fallecido hace solo unos meses.

El libro está dividido en distintos apartados: en el primero, 'Artículos básicos', se plasman columnas muy variadas sobre temas políticos, jurídicos y sociales. El segundo, 'Antoni y Reme: espías a tiempo parcial', es un monográfico sobre Antoni Putin y su discípula, Remedios de los Dolores Magín, que trabajan como agentes secretos al servicio de Rusia y de los independentistas catalanes. La última sección del libro, 'Buenas Letras', contiene una disertación, un discurso y dos presentaciones pronunciadas por Gutiérrez-Alviz en la Academia de Buenas Letras.

En 'El sacacorchos' también hay homenajes a los hermanos Antonio y Manuel Machado, protagonistas de la exposición 'Los Machado. Retrato de familia', dedicando un texto al comisario de esta exposición y académico de Buenas Letras, Alfonso Guerra.

Gutiérrez-Alviz ha contado por qué el libro se llama 'El sacacorchos': el año pasado realizó un viaje a Sicilia y cuando estaba visitando la localidad de Taormina los atendió un joven guía turístico que era sevillano e hijo del que había sido su profesor de inglés durante su juventud –casualidades de la vida-. Cuando lo llevó a casa de su padre para que ambos se saludaran, el profesor cogió una botella de vino criado en arena volcánica y lo abrió con un sacacorchos idéntico al que en 2003 le habían regalado en Madrid después de pronunciar una ponencia. Por eso terminó de titular así su libro, por las casualidades y porque un sacacorchos desvela lo que hay dentro sin contaminar y limpiamente.