Las butacas vacías de Tapia y Adrián: el Almería no perdona
“Me rompí la tibia y me subieron el abono”: la historia que conmueve a la afición
Tapia y Adrián en sus inicios rojiblancos. / Cadena SER
Almería
“Salía del campo a las once de la noche, me atropelló un coche, me rompió la tibia y estuve en la cama sin poder moverme”. Así se terminó una historia de pura pasión rojiblanca entre el abuelo José Tapia Cruz y su nieto Adrián Lasay, que juega al fútbol y se ha prodigado por los Campus del Almería. Bajaban cada día de partido por la Sierra de Los Filabres hasta 13 abonados de la familia que ahora no van a seguir en el Estadio.
“Lo estamos pasando muy mal porque fui yo el que metí en esta bonita aventura a todos, y me he tenido que borrar porque con la pensión no me llega”. Pagaban 85 euros y “con la ‘multa’ se van a 120”. Antonio sabe de qué va esto del fútbol como entrenador y delegado del Mármol Macael en su época dorada.
Ha presentado toda la documentación del accidente para que el Almería atienda su petición pero: “Me han comentado que ellos no pueden hacer nada y que les ha pasado a otros”. Lo peor de todo fue “cuando le dije a mi nieto, que juega de central en el Macael, que no podía sacarle el abono”. Dice que ha sido un trago, y su padre que trabaja en Cosentino y es alemán, “si no va su hijo no se abona”.
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Pura pasión
El abuelo José es una institución en la villa de Macael, entrenador y delegado de un club que marcó época. Cuando Adrián tenía 6 años, cansado de ver fútbol por la televisión, “aboné a mi nieto y nos fuimos para Almería”. Jubilado tras una vida vinculado a las empresas del Mármol de Antonio Franco y García Cosentino, “al niño le daba la vida ver al Almería y la familia se ‘enganchó’”.
“Se apuntaba al Campus del Almería y pasamos de dos a 13 de la familia en cada partido”, comenta orgulloso un abuelo que se ponía al volante para atravesar la Sierra de Los Filabres “en mi coche porque el niño con su padre se marea. Yo voy más lento”. Adrián ahora tiene 14 años y quiere ser un nuevo Chumi para el Almería de sus amores, porque el abuelo se lo explica todo en los partidos y Adri siempre aprende.
Perdón
“No sabía cómo decirle a mi nieto que no nos íbamos a abonar. Le he dado muchas vueltas y me he plantado en el club con toda la documentación y no hay manera”, dice contrariado un abuelo que no entiende como “por un accidente en un día de partido mi club me sanciona y me sube el abono”. Espera que igual saliendo en LA VOZ de Almería “me llamen y esto pueda tener una solución”. Nada de rencor y entiende que el club no quiera butacas vacías pero “yo no he podido asistir y mi nieto sin su abuelo no iba al campo”. No se rinde y espera una llamada para abonarse por lo establecido y que le perdonen esa ‘sanción’ por no acudir a un mínimo de partidos durante el curso.
Dinero
Son muchos los abonados del Almería que se han quejado. Unos por venir de la provincia, otros por residir en Melilla. Empleados de hospital que no logran cambiar la guardia y trabajadores que por motivos de viaje o cambio de ciudad no pudieron completar la temporada: “Cada caso es distinto y se entiende que el club quiera llenar el campo pero mi tema es revisable”.
“Lo que más me duele es que he sido yo el que ha metido en el Almería a todos y me quedo fuera”, comenta desde la resignación porque “a los gastos del abono hay que poner el desplazamiento a la capital que se me va un pico cada temporada”. Lo hacía con gusto pero “yo no me podía imaginar esto al ser por una causa justificada. El club tiene que tener otra sensibilidad con las personas y en mi caso me duele más por Adrián que por mí”.
Fidelidad
Tiene claro que esto no va a ser un punto y final porque “mi nieto siente los colores del Almería y lo verá por la televisión”. Juega en el equipo de su pueblo y “sueña con vestir la camiseta del Almería y espero que esto no le afecte porque lo he educado a sentir los colores y el escudo, como fuimos los seguidores del Atléti (como aquel Mármol Macael)”.
“Malditos nueve partidos que me he perdido. Me duele más lo de mi nieto que la tibia y esa noche del Real Oviedo cuando al salir del campo me atropelló un coche”, comenta un abonado que deja la butaca vacía pero sin perder el amor a unos colores porque “me queda el orgullo de haber hecho del Almería a mi nieto y espero que haga realidad su sueño de jugar en el Almería”.
El Almería volverá a batir récord de abonados y con esta medida completará el aforo pero con las butacas vacías de José y Adrián. “Ha sido un palo muy duro”, sentencia. Espera que aún pueda tener una solución pese a acabar las renovaciones.
Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a...Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia en la radio.