Los mitos

Morón de la Frontera

Vivimos tiempos oscuros, decía Bertold Brecht. Con paso firme se pasea hoy la injusticia, agregaba. Y tenía mucha razón, hace un siglo y hoy por hoy. ¿Los siempre responsables del desastre? Esa estirpe de opresores que utilizan la historia en su propio beneficio. Esos de los que pensamos que mejor no hubieran nacido para no tener que mancharnos las manos con su urgente erradicación. Si tiene usted problemas para identificarlos, es que no pertenece a la inmensa legión de los débiles y desfavorecidos por su acción. Son los culpables de esta parálisis deliberada, que hace de los tiempos un movimiento realmente inmóvil, con rumbo hacia ninguna parte. Una gesta inútil, que se deja las pestañas y energías para salvar tres vidas con una mano, cuando con la otra asesina a tres mil. Ellos son los ideólogos del imparable desarrollismo tecnológico para adormecer el pensamiento y desatar los instintos competitivos, en un vicioso juego del calamar. Los artífices de la calculada estrategia para provocar guerras en las que vender misiles, con la sarcástica finalidad de mejorar la vida de los supervivientes. La medicina avanza mucho gracias a la tecnología armamentística, dicen los muy guasones.

¡Qué fallida Humanidad la nuestra! ¡Qué desgraciada! Vestida con la tela de Penélope, tejida de día y destejida de noche. Claro que al menos su coser y descoser tenía un sentido: engañar al tiempo, mientras esperaba la futura llegada de Ulises. Ni siquiera ese pase tiene el presente de nuestra civilización. A nosotros el mito que mejor nos define es el de Sísifo: subir con mil trabajos la piedra hasta lo alto para dejarla caer, y volver a empezar. Motor de dos tiempos, siempre gripado entre guerra y paz, comicios y corrupción, enseñanza sin conocimiento que transmitir. La sucesión de las generaciones reducida a un eterno retorno al punto de partida. Una evolución en el vacío la nuestra, por cierto nada nueva. Desde tiempo inmemorial acunada por las mismas nanas, con la letra que mejor convenga al blablabla de la época.