Málaga reduce un 90% las denuncias por incumplir la ordenanza de limpieza en cinco años

Málaga

Málaga registra casi cinco veces menos denuncias por incumplir la ordenanza de limpieza que hace cinco años. Así se extrae de las multas impuestas por la Policía Local y a las que ha tenido acceso esta emisora por una respuesta plenaria al grupo Con Málaga. Una bajada en las sanciones por ensuciar la ciudad que, según la coalición de izquierdas, tiran por tierra los argumentos de la concejala Teresa Porras de que la suciedad se debe al poco civismo de los ciudadanos.

Morillas, reclama la “dimisión” de la delegada de Limpieza, Teresa Porras (PP), y manifiesta “su respaldo a las denuncias realizadas por el comité de empresa de Limasam, que ha alertado públicamente de la falta de personal y medios materiales para garantizar un servicio de limpieza eficaz en la ciudad. Cinco de los seis sindicatos de la empresa pública, que representan a 23 de los 25 miembros del comité, han firmado un comunicado conjunto para denunciar que la situación es insostenible y que afecta directamente a la calidad del servicio y a las condiciones de limpieza de los barrios. Con esta acción el comité de empresa desmonta la estrategia y el discurso del PP que pretendía echar a pelear a vecinos con trabajadores”.

Morillas aporta nuevas evidencias para dejar claro que, “al contrario de lo que declara reiteradamente Porras, la suciedad en las calles no es responsabilidad vecinal, lo desmienten hasta los propios datos facilitados por el equipo de gobierno tras pregunta de nuestro grupo municipal. Las sanciones por infracción de la ordenanza de limpieza se han reducido un 90% en los últimos cuatro años. Por tanto, queda claro lo que toda Málaga ya sabe y únicamente el PP no quiere ver: el problema no son los vecinos, sino una mala planificación del servicio, la falta de efectivos y la desigual distribución de los recursos entre los barrios de Málaga”.

Morillas añade como claro síntoma de la mala gestión del PP “la respuesta ciudadana que empieza a organizarse cada vez en más puntos de la ciudad, como Las Delicias, donde vecinas y vecinos han salido hace unos días a limpiar las calles ante la ausencia de un servicio adecuado. Y no es un caso aislado: antes lo hicieron también en barrios como Miraflores de los Ángeles o Dos Hermanas. Este movimiento vecinal espontáneo está resonando en toda la ciudad e, incluso, teniendo una destacada repercusión mediática nacional, lo que refleja con claridad el grado de abandono de muchos barrios por parte del Ayuntamiento”.

“La respuesta del equipo de gobierno a las denuncias de la plantilla de Limasam, llegando a asegurar que hay recursos e inversiones suficientes para el servicio, es otro tiro en el pie del PP, ya que refuerzan la evidencia de que el problema reside en la mala gestión del PP, que no está sabiendo planificar ni distribuir adecuadamente los recursos, ni atender las necesidades reales de los barrios”, denuncia Morillas.

La concejala portavoz adjunta de la coalición de izquierdas exige a Porras que “haga público cuántos son los recursos y los efectivos que dedica a la limpieza de cada uno de los barrios de Málaga. Queremos conocer todos los datos, saber cuántos efectivos hay, con qué frecuencia se baldean las aceras y las calles, con qué frecuencia se limpian las papeleras y las distintas zonas de los barrios de Málaga, porque tenemos claro que hay una desigualdad profunda en la distribución de los recursos que se hace por parte de Limasan. Hay una desigualdad profunda entre los distintos barrios de Málaga”.

“Limasan incrementó el presupuesto en 2025 en un 14%, más de 20 millones, pero no se ha dedicado a reforzar la plantilla, a garantizar la ratio para que haya un trabajador de limpieza como mínimo por cada 500 vecinos. Málaga necesita un plan de choque de limpieza y baldeo de calle durante el verano. Llega a la feria y los barrios están hechos una porquería”, sostiene Morillas.

“Tras el Pleno del pasado 31 de julio, en el que el alcalde, tras perder por completo los papeles, expulsó del salón a varios vecinos, Teresa Porras (PP) tenía que haber dimitido, pero no sólo no lo hizo, sino que volvió a hacer gala de una profunda desfachatez”, concluye Morillas.