Expertos de la Universidad de Málaga vinculan la actual crisis por incendios a la poca prevención
Los profesores explican desde diferentes enfoques las causas de la crisis actual y alertan de los peligros que la provincia malagueña debe evitar con previsión
GRAFAND1659. ALHAURÍN EL GRANDE (MÁLAGA), 15/07/2022.- Un helicóptero trabaja en las tareas de extinción del incendio declarado este mediodía en el paraje El Higuerón de Mijas (Málaga) por el que ya se están efectuando desalojos en Jarapalos, Lauro Golf y Villa Llanos de la Plata, en el término municipal de Alhaurín de la Torre y que ha alcanzado al municipio de Alhaurín el Grande. EFE/Daniel Pérez / Daniel Pérez (EFE)
Málaga
Los profesores de la Universidad de Málaga especialistas en la materia han analizado la urgente situación actual en España, provocada por la oleada de incendios forestales, desde diversas perspectivas, tales como la geografía, la botánica, los servicios de prevención y las emergencias, para certificar la magnitud y gravedad de la situación, así como prevenir posibles incidencias en la provincia malagueña, siempre en riesgo por su especial naturaleza.
El catedrático de Geografía Física, José Damián Ruiz Sinoga, que investiga en profundidad desde hace 25 años los incendios ocurridos en nuestra provincia, ha analizado la alarmante situación actual, con gran número de focos activos en incendios por toda la península.
Ruiz Sinoga considera que “no es casual la sucesión de incendios forestales que se están generando a lo largo de nuestra península ibérica, ni sus devastadoras consecuencias”.
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El geógrafo explica que en su fenomenología intervienen tres factores: uno vinculado a las condiciones previas, otro al momento de ignición, y otro respecto a su desarrollo y extinción. De su combinación podremos concluir que cada incendio es distinto respecto a los demás, lo que requiere una diferente necesidad de atacarlo.
Y por ello, reclama que no se abandonen los montes: “Las condiciones previas se relacionan con una prolongada estación seca y cálida tras un periodo de lluvias primaveral como el pasado, lo que genera una abundante biomasa (matorral) a la que no le va a costar mucho convertirse en combustible. Cuando había ganadería en el monte, era el ganado el encargado en limpiarlo. Pero hoy, estos incendios forestales hay una negligente gestión forestal sin prevención. Los montes están abandonados y el calor inusual extremo convierte el exceso de matorral en combustible que, ayudado por viento y orografía, hace a los incendios incontrolables e imprevisibles”.
Jesús Miranda Páez, director de la Cátedra de Seguridad, Emergencias y Catástrofes de la Universidad de Málaga, es rotundo en su análisis: “la única frontera para el fuego es la prevención, y esto comienza por una cultura preventiva basada en la educación (de ello estamos todavía muy lejos del nivel deseado) pero donde el no cumplimiento conlleve unas severas sanciones”.
Miranda Páez no se olvida del equipo humano que en primera línea acomete la extinción de los incendios y atiende a sus posibles secuelas: “La afectación a la salud mental y al bienestar psicológico del propio interviniente, ante la impotencia que le generan estos mega incendios como los que está sufriendo gran parte de España, y la repercusión de estas situaciones de crisis en la población afectada, que conllevan pérdidas de vidas y pérdidas materiales, no son gratuitas”.
“Las consecuencias comienzan de forma inmediata con cuadros de crisis y se agravarán en muchos casos con cuadros depresivos, de estrés postraumático y otras sintomatologías que merma nuestro bienestar psicológico y nuestra salud mental”, afirma Miranda Páez.
Por otro lado, el profesor titular de Botánica, Enrique Salvo Tierra, director de la cátedra de Cambio Climático y miembro de la comisión de Cambio Climático de la Junta de Andalucía, incide en que falta conocimiento sobre la tipología estos incendios: “Qué poco conocemos todavía de los incendios de sexta generación, de cómo se comportan y, en consecuencia, de cómo proceder. Para ello se necesita ciencia, mucha ciencia”.
Foco en la provincia malagueña
Los expertos de la Universidad de Málaga han analizado también la actual situación de los montes de Málaga, con especial enfoque en la necesaria prevención.
Ruiz Sinoga recuerda los incidentes de gran dimensión en años anteriores en la provincia malagueña, para alertar de que no solo no hay que bajar la guardia, sino que hay que invertir más esfuerzos de manera global: “La extraordinaria heterogeneidad y biodiversidad de nuestra provincia desgraciadamente no la hace ajena a esta problemática, y solo hace falta tirar de memoria histórica para recordar recientes eventos en Sierra Bermeja, Sierra de Mijas, Coín, Valle del Genal, y parte de Serranía de Ronda y Sierra de las Nieves... Una autentica amenaza a nuestro patrimonio natural que solo puede combatirse desde una adecuada gestión forestal, para evitar la vulnerabilidad de dichos espacios naturales protegidos y de la población que en ellos viven”, comenta el catedrático.
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Salvo Tierra refuerza esa consideración privilegiada de la naturaleza malagueña, pero que exige ser cuidada sin descanso: “Cuánto le debemos a esas nieblas de las mañanas de verano, a ese ‘taró’ que refresca tanto estas masas forestales que ha evitado que ardan, incluso en los peores momentos. Los bosques se han expandido con éxito en nuestra provincia en las últimas décadas, dotándonos de servicios ecosistémicos que, de manera tan silenciosa que algunos los consideran intangibles, han sido la base de buena parte de nuestro ‘éxito’ territorial y económico. De ahí la importancia de su cuidado, y no confiarlo exclusivamente a su extraordinaria capacidad de resiliencia, como ha quedado demostrado tras los tres grandes incendios de la última década en nuestra provincia”.
El profesor de la UMA experto en botánica también rememora dichos incendios y por ello alerta de la importancia capital de la investigación para ayudar a entender el problema y prevenir: “Aquellos incendios nos demostraron que estábamos ante una nueva tipología del fuego, distinta a la conocida hasta entonces y en la que se basan las formas de atajarlos”.
Particularmente, defiende el trascendente rol de la universidad pública en dicha tarea: “Hoy por hoy, la Universidad pública es el mayor garante del avance de la Ciencia y de su traslación al conocimiento y a los avances sociales. Sin sus logros estamos vendidos ante el incremento y variedad de episodios catastróficos que se nos avecinan. Es el valor de la función pública cuando su ejercicio se destina a la defensa de lo público”.
Miranda Páez insiste en esa transferencia I+D+i entre la universidad y las entidades responsables: “Desde la Universidades podemos contribuir bastante con I+D+I de sensores y de tecnologías que pueden detectar el comienzo de un incendio a grandes distancias. Pero de nada sirve desarrollar toda esta tecnología, si la administración no presta la atención necesaria a la Universidad, esto es, a la evidencia científica”.
Ruiz Sinoga destaca el relevante papel de los gestores de políticas de prevención y servicios de extinción: “es imprescindible profundizar en todas las labores preventivas posibles, garantizar la pervivencia del ecosistema forestal por todos los servicios ecosistémicos que genera, lo que requiere una buena ordenación de los espacios forestales, limpieza de los mismos reduciendo riesgos estivales, pero también consolidando una buena red o sistema de extinción de incendios, que garantice que puedan ser atajados en el menor tiempo y reduzca su vulnerabilidad”.
Por último, el catedrático de Geografía reclama un rol proactivo y relevante para los habitantes de las zonas con riesgo potencial: “hay que contar también con la población residente, la que vive del y en el monte, involucrándola en la gobernanza de este, y empatizando desde la administración con el hecho de que un patrimonio natural conseguido a lo largo de siglos puede ser destruido en minutos por una deficiente gestión forestal”.
Jesús Sánchez Orellana
Director de contenidos de SER Málaga. Cubre además...Director de contenidos de SER Málaga. Cubre además la información turística para la Cadena SER en Andalucía. Colaborador de EL PAÍS y previamente trabajó en Localia, El Correo de Andalucía y la Agencia EFE