En los cines de verano, teta y sopa no caben en la boca
Firma de Opinión del empresario Alfredo Romeo

En los cines de verano, teta y sopa no caben en la boca. Alfredo Romeo
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Córdoba ama sus cines de verano. Pero el romanticismo no paga la luz. Hoy la realidad es tozuda: donde hubo más de treinta, apenas quedan tres —Coliseo San Andrés, Fuenseca y Delicias— y con la persiana temblando. En una noche de agosto, una superproducción dejó un mar de sillas vacías: una veintena de espectadores. La tradición emociona; la caja, no tanto.
¿Qué falla? El modelo. Con dos meses de actividad y restricciones para explotar el resto del año (solo 27 días de eventos fuera de temporada), no hay manera de cubrir costes. Si además cae el público —más del 20% este verano— y se frenan alternativas compatibles como los aparcamientos subterráneos que darían ingresos estables, el “futuro negro” no es una metáfora, es una cuenta de sumas y restas..
Y aquí llega la incoherencia: no quiero parking, sí quiero cine, y que el Consistorio ponga el dinero. El propio Distrito Centro llegó a instar a “adquirir” los cines e incorporarlos a la programación pública. ¿Quién paga el déficit estructural año tras año? Ellos, seguro que no.
Si no permitimos usos compatibles, cerrarán. No por maldad, sino por aritmética. Y perderemos algo más que una pantalla al aire libre: perderemos un lugar donde Córdoba aprende, conversa y se reconoce. La tradición merece futuro; el futuro exige acuerdos… pero sobre todo números que salgan.




