Palma del Río vive su romería en honor a la Virgen de Belén

Palma del Río

“Por la mañana temprano, una campana sonó, Palma del Río se despierta, para celebrar en su honor, que su madre baja al pueblo, para entregarle el corazón. Ya vienen todos los palmeños, pregonando esta ocasión” así canta el coro romero de la Virgen de Belén a su patrona en el día de romería. Un día que comenzó antes de la salida del sol con la subida del estandarte de la virgen desde la parroquia de San Francisco y pasando por la Iglesia de San Sebastián. La subida del simpecado es un momento lleno de emoción porque comienza el día grande de romería para todos los palmeños. Una vez en el santuario, decenas de vecinos se disponen a rezar el Rosario de la Aurora y esperan con devoción que comience la misa de romeros. En la capilla aguarda la que por todos es admirada. Colocada en un altar efímero porque su camarín se encuentra en restauración, ya en su templete, vestida con tonos dorados, es visitada por todos aquellos que llegan recibiendo rezos, besos, fotos y plegarias.

La misa de romeros, presidida por el rector del santuario, Francisco Gámez, ha contado con la participación del coro romero, miembros de la hermandad, sacerdotes, seminaristas y acólitos. Además de los miembros de la hermandad de la Virgen de Belén de Palma del Río, también se han reunido en torno a la patrona fieles llegados de Céspedes, Hornachuelos y de Córdoba capital. Gámez ha recordado que “el pueblo responde a su tradición, a su patrona, a su madre y reina palmeña, todos unidos con la Virgen de Belén”. También que “la tradición no viene a restar sino a añadir, a apostar y a fortalecer nuestros lazos” como sociedad.

Ampliar

Cerrar

Antoñita Contreras es una gran devota de la Virgen que confiesa que esta misa de romeros “es lo más bonito que hay” para ella que “es algo muy especial. Es mi madre del cielo. Vengo a visitarla cuando quiero y tengo ganas, vengo sola” relata notablemente emocionada ante las decenas de romeros que inundan la explanada del santuario. También se emociona José Luis Domíngez, “muy devoto de la Virgen de Belén” que cuenta que viene a verla “todos los días, llueva, haga frío, haga calor, vengo todos los días a verla”. Ha vivido la misa de romeros junto a su mujer “con muchísima emoción, con muchísimo sentimiento y muchísimo cariño, porque después de mi madre que tuve aquí en la tierra, ella es mi Madre, la que está en el cielo”.

Y tras la misa este año no se ha vivido el descendimiento de la Virgen del camarín, porque se encuentra en fase de restauración, pero muchos de los allí congregados han entrado en la capilla, han rezado, han cantado junto al coro y se han escuchado muchos vivas en honor a la patrona y sus seguidores.

La mañana terminaba compartiendo un desayuno solidario donde con el donativo de un euro se repartía chocolate caliente entre los presentes. Los fondos irán destinados a la restauración del camarín barroco de la capilla cuyo coste se ha disparado al conocer el laborioso trabajo que queda por delante.

Ampliar

Cerrar

El camino hacia el santuario ha sido este domingo un contínuo ir y venir de personas en coche, andando, a caballo o en carroza. Un bonito día de convivencia que muchos han pasado en la explanada, otros preparando su carroza, en el entorno del santuario, en multitud de sitios donde se respiraba un aire especial de romería. Se ha compartido un arroz a la hora de la comida con todos los que se han acercado al santuario y muchos han rezado, le han pedido a la Virgen por sus seres queridos, le han confesado sus preocupaciones y han sentido la alegría de un día de romería.

Llegó el momento, la patrona está lista y un importante número de hermanos y palmeños se agolpa en la capilla para vivir el momento de la salida de la Virgen en torno a las ocho de la tarde. Para Mari Carmen Martín, vocal de romería de la hermandad es el momento “más especial del día de romería”, el que nadie debe perderse y uno de sus momentos favoritos. Hermanos portan en andas a la Virgen para que salga de su capilla bajo una lluvia de pétalos. Las campanas replican, el tamboril suena, se escucha la voz del capataz “¡no corred, no tengáis prisa, vamos a disfrutar de esto!” y todo el pueblo la mira con fe y devoción al grito de “¡Viva la Virgen de Belén!”.

Acompañan a la patrona hasta su carreta, con cánticos, vivas y admiración. Los bueyes aguardan la llegada del templete y comienza su traslado hasta el centro de la ciudad. Veintinueve carrozas aguardan la salida de la virgen, todas con un ambiente festivo en su interior y con mucho trabajo en su decoración. Grupos de amigos, asociaciones, hermandades y peñas han querido acompañar a la virgen este año en carroza y también la asociación Pepe El Bodega con sus caballistas que son un ir y venir en el santuario durante este día.

Cae la tarde de este domingo de romería y la virgen avanza por el puente del hierro, nexo de unión entre el santuario y el municipio y se agolpan los peregrinos en un puente que parece quedarse estrecho para el paso de tanto gentío. Continúan las sevillanas, las rumbas y los vivas. Coros romeros, palmeños y hermanos no paran de cantar a la virgen.

Ampliar

Cerrar

Llega la noche, la patrona se adentra en la ciudad ante la mirada de muchos vecinos que aguardan desde su balcón el paso de la carreta ya iluminada. Aunque muchos peregrinos confiesan estar cansados por un día largo, ninguno deja de bailar y cantar y nadie quiere perderse la presentación a la virgen.

La Plaza Mayor de Andalucía se llena de peregrinos, palmeños y visitantes para vivir la presentación a la Virgen. La alcaldesa de la ciudad, Matilde Esteo, pronuncia unas palabras de bienvenida “un año más, te recibimos el pueblo de Palma del Río, con alegría y llenos de emoción por tenerte de nuevo”. Un recibimiento que realiza en las puertas del ayuntamiento junto a miembros de la corporación municipal de la ciudad y acto seguido, la virgen baja de su carreta para vivir uno de los momentos más emotivos de la noche, la presentación de los caballistas y carrozas. Saludos, vivas, rezos y cánticos se dieron en este momento único en el que la virgen para su peregrinar bajo la puerta del sol de la ciudad y todos admiran a los caballistas y carrozas que pasan ante la patrona.

Suenan las campanas de la parroquia de la Asunción que espera la llegada de la patrona. Los hermanos portaron de nuevo en andas a la Virgen de Belén desde la puerta del sol hasta la parroquia. El tamboril no cesa en todo el recorrido y la patrona entra en la parroquia, el bullicio se hace murmullo y mientras se hace camino hacia el altar, comienza un rezo. La patrona ya está en la parroquia para presidir los cultos en su honor.