Sobrevivir en Sevilla
El subdirector de Diario de Sevilla, Carlos Navarro Antolín, describe la capacidad de la ciudad para generar debates propios y distintos

Sevilla puede ser una ciudad todavía más maravillosa de lo que cantan los pregones. Una ciudad que discute un 2 de septiembre sobre un sistema de toldos incompleto, la capacidad para transportar aficionados a un estadio, el de la Cartuja; el cartel de una coronación canónica o si se deben o no hacer determinadas obras que, se supone, mejorarán la calidad de vida de los vecinos.
Tenemos agenda propia, debates propios, en un mundo azotado cada día por el terror del que dan cuenta los telediarios. Si cree que no es posible un mundo peor, siéntese delante del televisor a la hora del informativo. Si considera que es posible una sociedad del bienestar, salga a la calle en esta ciudad, que por algo llaman de la esperanza. Y no pierdan de vista que hasta estuvimos al borde de perder… el semblante de la Esperanza.
Arranca el curso sin sombra completa y de calidad en la Avenida, nos acercamos a los 20 años sin árboles ni otras soluciones en la arteria principal de la capital. Pero lo aguantamos todo. De debate en debate, pasa la vida. Que comiencen las procesiones.
La vida es eso que ocurre cuando no se sufre con el telediario. Es un blindaje al sevillano modo. Habilidad, supervivencia, inteligencia. Que vengan los expertos y le pongan nombre. Pero no pongan el telediario. Mejor la radio.




