El Valladolid se viste de traje y corbata

Almería

Un profesor del fútbol se sienta en el banquillo de uno de los favoritos al ascenso a Primera. Tras la etapa de Pezzolano sigue el acento americano en un banquillo que ha recobrado la estabilidad con la llegada de Guillermo Almada, y el aterrizaje de la nueva propiedad. A sus 56 años es todo un reto venir a Europa para dirigir a un club con hechuras de Primera, donde el grado de exigencia es elevado y ganar una constante. Curtido en mil batallas en América, hizo las maletas y las cargaba de ilusión para devolver a un clásico de Primera a la élite. Uruguayo de Montevideo el fútbol lo lleva dentro y lo vive con una pasión que se contagia.

La puesta en escena de Jorge Guillermo Almada Alves no pasa inadvertida ya que va a los partidos de traje y corbata y esto no le impide emplearse a fondo en la tarea de dirigir a su equipo. Un señor del fútbol al que le piden resultados, y hasta la fecha ha ganado dos partidos y ha empatado otros dos sin conocer la derrota. Su equipo goleaba al Ceuta en el estreno y a renglón seguido vencía en Castalia a un renovado Castellón. Sus dos últimos encuentros se han saldado con empate local sin goles ante el Córdoba y un punto valioso en el campo portátil del Real Zaragoza con el mono de faena puesto, por el empuje del equipo maño.

En Valladolid siempre se juega para ganar

Ha conocido la presión de los banquillos en diferentes países. El fútbol es universal pero la Segunda de España es más complicada que muchas Primeras del mundo, y lo ha debido de tener muy claro para aceptar la oferta del Real Valladolid. Con una afición incondicional que arropa al equipo, y el ascenso en la mirada, se ha puesto a trabajar para que se hagan realidad los sueños de los aficionados y cumplir con las intenciones de la nueva propiedad. La categoría exige mucho y cuenta con una gran plantilla para cumplir con las expectativas.

El Almería tendrá delante a un serio aspirante con el que se ha medido en las dos categorías de LaLiga y no es precisamente un campo propicio para los rojiblancos. La forma de entender el fútbol de Almada todavía no está implantada del todo en el equipo, que va creciendo a medida que avanza la competición, y no conocer la derrota ya es importante, como haber pasado por dos campos complicados como Castalia e Ibercaja donde hay que dar un plus para puntuar. Su aterrizaje no ha sido forzoso y se está adaptando a las exigencias de su nuevo club.

Una carrera consolidada en América

Guillermo Almada es muy conocido al otro lado del Atlántico y quiere que su fútbol llegue a España en forma de éxito, alcanzando un ascenso de categoría. Sus inicios en Uruguay al frente del Tacuarembó FC le lanzaron a River Plate de Montevideo. Cuatro años en la entidad y el Barcelona de Guayaquil lo contrataba para la Liga de Ecuador. Fueron cuatro años maravillosos antes de volar a México donde le esperaba una bonita experiencia con clubes emergentes y grandes apuesta económicas para lanzar aquella competición.

Dos temporadas al frente del Santos Laguna que ahora dirige Francisco le abrían las puertas del Pachuca con el que ha estado las últimas cuatro campañas, confirmando que se trata de un entrenador de ciclo largo en los banquillos. Su trabajo ha sido premiado con la confianza de los clubes y la llamada de Europa nunca llega tarde, porque se encuentra en plena madurez para seguir dilatando su palmarés. Valladolid es un buen puerto para echar el ancla y ganarse prestigio como entrenador de traje y corbata un Guillermo Almada que como futbolista también brillaba.