Las enfermeras de la UCI del hospital Regional de Málaga elevan un SOS al Defensor del Pueblo: "No podemos más"

Málaga

El sindicato de enfermería SATSE Málaga ha denunciado hoy "la situación insostenible que atraviesa la Unidad de Cuidados Críticos del Hospital Regional Universitario de Málaga, donde las enfermeras afrontan turnos inasumibles y una grave falta de personal que compromete tanto la seguridad de los pacientes como la salud física y emocional de los profesionales".

"A pesar de que la UCI mantiene cerradas 10 camas por falta de personal, la plantilla actual resulta claramente insuficiente para garantizar una atención segura. La sobrecarga es extrema: a cada enfermera se le asignan hasta tres pacientes críticos, cuando las recomendaciones científicas establecen que solo deberían atender a uno. Incluso los pacientes en terapia ECMO, que requieren la atención exclusiva y permanente de dos enfermeras por su extrema gravedad, están siendo cuidados por una sola profesional que, además, debe responsabilizarse de otros enfermos".

Las enfermeras describen un escenario "límite".

“Empezamos nuestra jornada laboral llorando y la terminamos llorando. No podemos ejercer la enfermería como nos hemos formado; lo único que podemos hacer es mantener con vida a nuestros pacientes.En muchos turnos faltan entre 5 y 6 enfermeras, a pesar de que la plantilla intenta cubrir las carencias con doblajes voluntarios".

Un grito de auxilio al Defensor del Pueblo

"Ante el silencio y la inacción de la dirección del hospital, el personal de enfermería de la UCI ha remitido un escrito al Defensor del Pueblo y al gerente del centro, trasladando un auténtico SOS".

“Durante todo el verano hemos trabajado en condiciones límites, soportando una falta estructural y persistente de profesionales. Lo que comenzó con la ausencia de uno o dos enfermeros por turno se ha convertido en una auténtica emergencia: en las últimas semanas hemos llegado a atender la unidad con un déficit de hasta seis enfermeros menos por turno, en un área que atiende a los pacientes más graves del hospital”

“Esta situación no solo es insostenible, sino peligrosa. Nos vemos obligados a asumir cargas de trabajo que superan con creces lo que las sociedades científicas nacionales e internacionales consideran seguro en una UCI. El gran perjudicado siempre es el mismo: el paciente.”

“Acudimos al trabajo con ansiedad, sabiendo que no podremos atender a los enfermos como quisiéramos. Terminamos cada turno con la sensación de fracaso, habiendo tenido que priorizar lo urgente y dejando de lado cuidados esenciales simplemente por falta de manos y de tiempo. Y lo más grave: esto no es una excepción, es el día a día.”

“Nos preguntamos: ¿qué más podemos hacer? ¿A quién podemos acudir? El estado psicológico del personal está al límite. Cada vez más compañeros se plantean abandonar la profesión. Cuidar a quienes cuidan debería ser una prioridad. La sanidad no puede sostenerse sobre la precariedad y el abandono institucional”.