La familia de Antonio David Barroso reclama verdad y justicia tras cuatro años de su desaparición
El juicio contra la madre del menor, acusada de homicidio, se celebrará el 9 de enero en Sevilla

Radio Morón

Morón de la Frontera
Hoy se cumplen cuatro años de la desaparición de Antonio David Barroso, un menor con más del 90% de discapacidad, cuyo paradero continúa siendo desconocido. Para recordar la fecha y anunciar la apertura del juicio oral, la Asociación de Desaparecidos, junto al padre y la abuela paterna del niño, ofrecieron una rueda de prensa en Morón de la Frontera. El proceso está señalado para el próximo 9 de enero en la Audiencia Provincial de Sevilla.
Posiciones enfrentadas: acusación, defensa y fiscalía
El portavoz de la asociación, Luis Núñez, explicó que la acusación particular pide para la madre del menor, Macarena, “homicidio doloso y veinte años de cárcel, porque es la única responsable y ha dado hasta cinco versiones distintas”.
En cambio, la defensa solicita la absolución argumentando que la mujer “padece un trastorno bipolar número uno de curso grave, lo que anula sus capacidades volitivas”. Núñez cuestionó esta línea: “Si esa enfermedad la incapacitaba, ¿por qué se le otorgó la custodia de Antonio David, existiendo su padre y sus abuelos?”.
La fiscalía, por su parte, califica los hechos como homicidio imprudente, al entender que la madre no era plenamente consciente de lo que hacía, y reclama además una indemnización de 110.622 euros para el padre del menor. “La familia paterna está sola, sin cuerpo y sin respuestas. La defensa y la fiscalía parecen ponerse de su lado. Nosotros solo queremos saber dónde está el niño y darle una digna sepultura”, recalcó Núñez.
El padre denuncia falta de información y búsqueda insuficiente
El padre del menor, Antonio Ángel Barroso, relató cómo vive desde hace cuatro años: “No puedo trabajar en el pueblo porque no tengo por qué encontrármela todos los días. Ella me busca en los lugares donde estoy, y yo no tengo por qué verla”.
Barroso aseguró que nunca fue informado de la enfermedad que la defensa alega ahora: “Si hubiera sabido antes que tenía un trastorno bipolar, yo me habría hecho cargo de mi hijo. Me enteré el mismo día de la desaparición, por una llamada de mi hija”.
Sobre el paradero del niño, fue contundente: “No creo que mi hijo esté en un contenedor ni en un vertedero. Ella sabe perfectamente dónde está. Yo creo que está enterrado, pero no en el lugar que dice”. También cuestionó las investigaciones policiales: “No hay pruebas en el coche, ni en el hotel, ni en ninguna parte. Tras tantas versiones falsas, ¿cómo creer la de un contenedor concreto?”.
El padre denunció la falta de avances: “Aquí hay una falta de información total. Nadie me comunica nada, ni una llamada ni un papel. Mi hijo está desamparado, no lo busca nadie. La justicia protege a su madre, pero no a él”.
La abuela paterna: “Como es hijo de un pobre, seguimos sufriendo”
La abuela del menor, María Partida, expresó su indignación: “Si fuese el hijo de alguien importante, seguro que lo estarían buscando. Como es el hijo de un pobre, aquí seguimos sufriendo”.
Criticó además la actitud de la madre durante la reconstrucción de los hechos: “Se durmió en el trayecto y mostró una falta absoluta de interés en que aparezca su hijo. La policía quedó sorprendida”.
La abuela recordó también una conversación que tuvo con la acusada: “Ella me dijo que había tapado al niño con una mantita, como queriendo consolarme. Pero cuando le pregunté dónde lo dejó, respondió que no se acordaba. Entonces, ¿cómo recordaba lo de la manta?”.
María Partida señaló incluso que la acusada buscaba en internet referencias religiosas: “Llegó a preguntarse qué evolución tuvo Jesucristo si murió un viernes y resucitó el domingo. Yo no sé qué pensar de esas cosas, pero lo que veo claro es que no quiere que aparezca el niño”.
Esperanza en el juicio
La familia insistió en que lo más importante es encontrar el cuerpo y conocer la verdad. “Mi hijo no va a aparecer hasta que ella lo diga. Si en el juicio no se siente presionada, no lo dirá nunca. La justicia sabe que el niño no aparecerá hasta que ella lo diga”, afirmó el padre.
Ante la pregunta de si confían en el proceso, Antonio Ángel respondió: “La justicia es el último recurso que nos queda. Por ahora queremos confiar, hasta que llegue el día que nos haga desconfiar de ella”.
El próximo 9 de enero la familia de Antonio David espera que la justicia española pueda dar respuestas a un caso que aún sigue abierto y lleno de incógnitas.




