Granada Sound 2025; veni, vidi, veci (o no tanto)

Granada

Alguno de nuestros oyentes lectores puede que se extrañe al recurrir a esta frase, atribuida a Julio Cesar, para titular la crónica de esta edición del Granada Sound, pero es esa la sensación que nos ha dejado, todo apuntaba a rodillo pero éste se averió. Si ya existían bastantes críticas a su alrededor, por su pertenencia a un entramado empresarial al fondo de inversión proisraelí KKR, artistas que no habrían tocado de no ser por las cláusulas en sus contratos, Oro Jondo si llevó hasta el final su negativa y desapareció del cartel, su coincidencia en fechas con el Zaidín Rock y el recorte de horario, no hizo más que elevar el ruido como hasta ahora nunca habíamos visto en los diferentes canales oficiales de sus redes sociales. Pero ante ello, el Sound presentó un todo vendido y momentos inolvidables. Seguimos reclamando mayor presencia de grupos granadinos, fue exigua su participación, básicamente porque aquí sabemos hacer música y de muchos quilates, además, le dotaría de cierta personalidad, lejos queda aquella programación musical con diversos conciertos por toda la ciudad, incluso con participación del CSIC.

No podemos dejar pasar el verdadero caos y problemas que se generaron al acabar de pronto todo el festival a las 03 de la madrugada. Al no escalar gradualmente al público, creas una avalancha de personas con una única salida peatonal, enormes colas de hasta 2h para coger la lanzadera, taxis inexistentes, policía local desbordada. Esperemos que tanto la organización como el ayuntamiento y FFCCSE hayan tomado nota para el año que viene. No fue la única sombra de este año, aunque sí la más comentada y sufrida. Ahí siguen quejas sobre el recinto, incómodo, polvoriento, alejado, colas en los baños femeninos y un sonido que, misteriosamente, a veces era hasta notable y en otras difícil de escuchar, lo podrán comprobar en el video.

Daniel Martín

Entre las novedades, destacamos intérpretes en lengua de signos para Viva Suecia y Siloé a cargo de ASOGRA, iniciativa que esperamos que se extienda a más artistas para el año que viene. Un punto con diferentes ONG 's donde explicaban sus proyectos y una exitosa barra 0.0%, algo muy demandado y es que no siempre van o deberían ir de la mano, el binomio festival/alcohol.

Hablando de hitos, de nuevo el Bunker, escenario de electrónica, se erigió como un auténtico faro de este estilo, compitiendo de tú a tú con el resto de escenarios. Este punto fue uno de los estrenos del año pasado y de nuevo demuestra que el Granada Sound no es un festival estático o ajeno al pulso de la calle, se mueve y evoluciona a la vez que el público al que se dirige.

Todas estas líneas previas nos servirían de resumen generalizado de estos 2 días de música, luces, abrazos, confeti, camisas de dudoso gusto y kilos de brilli brilli. La crónica verdaderamente dicha sería a partir de este punto y este año hemos querido salir de lo típico y en lugar de hacerla por orden horario, hemos optado por simular un espejo, enfrentando cada franja y día del viernes a la del sábado.

Es curioso que ambos días se abrieran los escenarios principales con 2 artistas gallegos, Xoel López es, o debería ser, todo lo que aspira un músico, lo hace bien, bonito, algo que no siempre es fácil. Un artista que siempre es "casa" para muchos, por como transmite y expresa los sentimientos. Con Ares, tenemos otro ejemplo del empuje de una escena gallega, tan importante y visible en nuestra música, como la Torre de Hércules para los marineros. Pop-folk progresivo con unas letras que enganchan a todo tipo de público, "Peregrino" y "La Boca del Lobo" así lo atestiguaron. Tanto él, como una banda de músicos inconmensurable nos demostraron por qué están en boca de todos y seguramente haciendo una de las mejores giras de 2025.

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Veintiuno es el grupo que ha conseguido inyectarnos a todos su "Dopamina" y que siguen estando ahí, con una base de seguidores que no deja de crecer y, donde a pesar de sus enormes problemas con la que era su ticketera, siguen estando en forma, con unos conciertos perfectamente engrasados. "Pide 1 deseo por mí" un tema con apenas una semana de vida y que hemos podido disfrutar en directo por 1ª vez. En la jornada del sábado tuvimos a Samuraï, segundo año consecutivo y que sirve para reafirmarnos en nuestras palabras de 2024 y constatar como en este lapso de tiempo su crecimiento ha sido casi exponencial. Además Aroa sigue siendo un soplo de aire fresco en un entorno que tiende cada vez más al encapsulamiento.

La siguiente imagen-reflejo nos trae a 2 grandes pesos pesados de la escena, una Zahara totalmente desatada, un nombre formado por 6 letras que definen todo. Un concierto que comenzó con un texto donde nos explicaba que destinaría el beneficio de esa noche a UNRWA. Artista polifacética como pocas y en la que hemos podido ver su evolución, desde aquella chica íntima a la que se despojó de toda inocencia de juventud, para llevarnos de la mano a ELLA, donde la rabia y fuerza se transmiten en forma de ondas cerebrales. Sin abandonar la electrónica, tuvimos a Dorian, incombustibles y no lo decimos de forma peyorativa, su escenografía y temas forman parte de la auténtica escena indie de siempre, aunque con este último trabajo "Futuros Imposibles" se han embarcado en un viaje donde sobresalen las guitarras y sintes.

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Como en el Granada Sound, hay vida más allá de los escenarios principales, tuvimos que simultanear con La Placeta, el lugar donde van artistas que no tienen aún tanto recorrido pero que apuntan y de qué forma a lo más alto. Los Karavana son nuestros James Bond de la música, "agitado no mezclado" es la definición de su sonido, donde hay guitarreo, muro de distorsión, versiones de éxitos con muy poca vergüenza y letras gamberras, todo metido en una coctelera que nos da como resultado un concierto la mar de divertido y entretenido, justo lo que uno busca en un festival. Con Besmaya comprobamos in situ, que son algo más que una recomendación de los algoritmos y así lo atestiguaba ese batallón de "Carita", un jovencísimo público totalmente rendidos ante ellos. Este dúo ha estado en primera línea en las RRSS debido a una supuesta agresión en su último concierto, nada más lejos de la realidad, ya que formaba parte de una acción de marketing a la vez que grababan un video.

Estuvimos con uno de los principales reclamos de esta edición, Viva Suecia, que estrenarán su 5º trabajo de estudio, "Hecho en tiempos de paz" y que les tendremos en mayo presentándolo en la plaza de toros. Tan suecos como siempre, tan arrolladores como acostumbran pero al tener solape con Melifluo y ser estos una de nuestras principales apuestas no pudimos estar tan presentes como nos hubiera gustado. Hablando de los jienenses, una banda muy joven, con apenas 5 años y que ya nos sorprendió para bien en Ronk'N'Rolla hace 2 años, tanto que ha sido casi una obsesión volver a cruzarnos con ellos. ¿Mereció la pena?, sí rotundamente. Reconozco que siempre hemos tenido debilidad por las formaciones jóvenes y si unimos el talento que derrocharon, sabemos que acertamos con ellos.

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Niña Polaca y Ojete Calor fueron las apuestas más ¿alternativas? de todo el cartel de esta edición, cada uno en su perfil. Los madrileños fueron el tsunami, pogos incluidos, algo que todos necesitábamos a esas horas. Ojete Calor ejerció como tal, inclasificables en su estilo, pero despertando simpatías y llevando el espíritu de un festival, pasarlo bien y disfrutar de la música, al éxtasis del mismo.

Los encargados de echar el telón en cada uno de los días que componen el festival fueron unos Miss Caffeina capaces de conseguir la cuadratura del círculo, por la calidad que atesoran, los himnos generacionales que atesoran así lo atestiguan y cercanía, ya que son capaces de llevar ellos solos un festival de este tamaño sin perder esa calidez que les da estar en un perfil más discreto. Con Siloé sí se ponía definitivamente el punto final a esta decimocuarta edición, este grupo puede que esté viviendo un verano inolvidable para ellos, porque no han parado en todos estos días del estío en recorrer el país y además de ser vistos por muchos como los preparados para dar el salto a la primera línea a no mucho tardar. Una apuesta complicada por parte de TMR, su repertorio a priori no parece con la potencia necesaria para conectar con un público frenético a esas hora, pero que funcionó de forma holgada y nos mostró una faceta que no conocíamos de ellos.

Así fue a grandes líneas esta decimocuarta edición en El Cortijo del Conde, la puesta de largo de Granada por y para granadinos, estudiantes, visitantes y demás personas que pasarán por nuestras fronteras a lo largo de este curso. El Granada Sound ha sabido coger ese testigo e ir más allá de un mero festival musical, ser ese punto de encuentro de amigos y compañeros con cita ineludible cada septiembre.