La ley de vivienda no es suficiente
Es el proyecto con el que la Junta pretende afrontar uno de los problemas más graves de nuestra sociedad

La Columna de Javier Alonso (18/09/25)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Sevilla
En las últimas semanas habrán escuchado hablar de la nueva ley de vivienda, ese proyecto con el que la Junta de Andalucía pretende afrontar uno de los problemas más graves que tiene nuestra sociedad.
¿Pero qué va a cambiar cuando esta normativa entre en vigor? Pues bien, la respuesta es que en el corto plazo prácticamente nada.
Sería injusto decir que la ley no incluye medidas que tratan de mejorar la situación como la creación de bolsas de suelo en los grandes municipios o la posibilidad de recalificar terrenos para hacer vivienda protegida.
Pero esta no es una ley de emergencia habitacional como reclamaban los promotores y los agentes sociales. No es el tratamiento de choque que se requiere ante una situación crítica.
En primer lugar porque el modelo de la Junta de Andalucía es el de no intervenir directamente en el mercado del alquiler. No se van a declarar zonas tensionadas ni se van a fijar límites de precios.
En segundo lugar, porque la base del modelo andaluz es el incremento de la oferta de vivienda nueva. Es decir, hay que construir y rehabilitar más. Es cierto que la demanda es superior a la oferta. Pero también es verdad que pasan varios años desde que un promotor compra un suelo hasta que se entregan las llaves de un piso . Sin embargo, hay ya un stock de 67.000 viviendas nuevas sin vender sobre todo en grandes ciudades (en buena medida por sus precios inasumibles) y hay más de 640.000 inmuebles catalogados como desocupados, circunstancias que no se abordan en esta normativa.
En tercer lugar, porque la ley no es efectiva si no viene acompañada de instrumentos de financiación y el plan estatal de vivienda, que es la base de todo el modelo, finaliza el 31 de diciembre. La Consejería ha rechazado la propuesta de nuevo reparto del Ministerio que plantea alcanzar los 1.000 millones si el Gobierno autonómico asume el 40% del total. Si no hay acuerdo, no hay financiación.
Los resultados de este modelo andaluz no serán inmediatos y están condicionados por la respuesta de un sector privado muy afectado por la subida de precios de materiales y por la falta de mano de obra especializada.
Y mientras tanto miles de jóvenes se enfrentan cada día a la frustrante realidad de no poder asumir un alquiler, de no tener recursos para comprar un piso y de que hasta las viviendas protegidas se sitúen fuera de su alcance.




