Rubi: “Todos nos quitamos un peso de encima”

Almería

La tranquilidad no la dan ni el juego ni las estadísticas, sino los resultados, y el Almería se quita de encima una losa que cada vez pesaba más. La remontada frente al Sporting de Gijón con goles de Adri Embarba y Sergio Arribas acaban de golpe con las dudas que habían generado las dos derrotas anteriores y el 0-1 inicial de Gaspar Campos. Dice Rubi que la presión siempre estuvo fuera del vestuario, nunca dentro por la forma de afrontar las derrotas.

“Intentamos aislar a los jugadores de ese nerviosismo. Nos habíamos encontrado con una situación un poco injusta por lo que hicimos en el campo. Hay que convivir con esa presión. El triunfo nos da tranquilidad, nos quitamos el no hacerlo en casa y estamos dando rodaje a jugadores que necesitan minutos como Nelson o Baba. Es un resultado que da tiempo a seguir mejorando y ser más compactos”, comentó en rueda de prensa.

Ganan todos y pierden todos. Eso siempre. Pero hay un talento natural que sale en situaciones límite y el Almería ha conseguido motivarlo hasta el extremo que las circunstancias le llevaron a ser capitán en la segunda mitad. Adri Embarba “está con una implicación extraordinaria y disfruta de su segunda juventud con 33 años. Aquí se le respeta. Es el primero en salir a entrenar y como todos los jugadores creativos tiene altos y bajos pero nunca deja de intentarlo”.

Costó entender el partido

El Almería suele salir bien en casa -salvo en el debut con el Albacete- aunque le faltó determinación y claridad en los últimos metros. No le gustó a Rubi que el primer tiempo tuviese tantas oportunidades en las áreas: “Partido muy difícil frente a un Sporting que lo ha trabajado bien, sobre todo en las transiciones de la primera parte. Salimos bien, pero sin oportunidades. Para ser locales hubo tres situaciones de gol en nuestra área. Con la expulsión tuvimos la paciencia de abrir el campo y esperar nuestro momento”.

El peso del resultado

La expulsión de Guille Rosas cambió por completo al Sporting de Gijón y el Almería, tras la remontada, debía decidir entre seguir atacando o guardar la ropa. La máxima preocupación del banquillo era que no se regalaran situaciones al adversario: “Dominamos posesión, pases y tiros a puerta, pero la percepción de tener el partido controlado no la tuvimos tanto once contra once. Me daba miedo hacer alguna falta innecesaria que diese alas al rival. El fútbol es eficacia y nos llevamos el partido”.