El SAS: El triunfo de la espera
No veo la transformación de la que alardea la Junta
La Columna de Ana Huguet (22/09/25)
El 29 de agosto pedí cita telefónica en mi centro de salud con el médico de cabecera. Me la dieron para el 15 de septiembre. Han sido 17 días de espera para una consulta en remoto. Cuento esto porque la Junta acaba de avanzar los datos sanitarios de Andalucía y aunque celebro que haya 6.700 pacientes menos en lista de espera para una intervención, que el gasto sanitario por habitante haya subido hasta los 1.764 euros o que el presupuesto haya crecido un 55% desde 2019, no entiendo el triunfalismo.
Hoy hay 160.000 andaluces aguardando una intervención quirúrgica y, según Mareas Blancas, CSIF, CCOO, SATSE y UGT, somos la comunidad con las ratios más bajas en profesionales tanto de medicina como de enfermería. En palabras del Sindicato Médico, el SAS fija en 1.300 el cupo de pacientes por facultativo en atención primaria, pero hay centros de salud que superan los 1.600. La misma organización denuncia que hay médicos que se jubilan sin sustituir, bajas maternales sin cubrir, profesionales con siete guardias mensuales de 24 horas y otorrinos con hasta 15 guardias al mes por la falta de médicos que captan otros territorios con contratos más estables.
Según los datos oficiales de la Junta de Andalucía y del Sistema Nacional de Salud, la espera media hoy para una operación en Andalucía ha bajado en el último semestre, pero todavía es un 48% mayor que la que había en el mismo mes del año 2018. Según las estadísticas de las mismas instituciones, la demora media para una consulta con especialista es todavía hoy un 140% superior a la que había que soportar en junio de 2018.
Celebro los avances, como la atención telefónica permanente para niños en cuidados paliativos o la minoración de cualquier lista de espera, pero no veo la transformación de la que alardea la Junta. No entiendo el triunfalismo.