De tierra seca a oasis de vida: la Charca de Suárez de Motril se convierte en modelo europeo de restauración de humedales
Un estudio de la UGR sitúa a esta Reserva Natural como un refugio clave para la biodiversidad en el que se han registrado unas 250 especies de vertebrados

Charca de Suárez de Motril (Granada) FOTOGRAFIA: Marino Mercado Muelas

Motril
Un estudio de la Universidad de Granada presenta las intervenciones en la Charca de Suárez como ejemplo replicable de éxito de restauración para convertir un espacio degradado, al borde de la desecación en 1992, en un refugio de biodiversidad. La revista British Ecological Society publica los resultados de la investigación de Eva Bautista, estudiante del departamento de Ecología y el Instituto del Agua de la Universidad de Granada (UGR), y presenta las actuaciones que han convertido a la Charca de Suárez en un destacado refugio de biodiversidad en el sur del país.
La conservación de los humedales es clave para la salud del planeta y el bienestar de la vida silvestre y humana, pero estos ecosistemas están desapareciendo a un ritmo alarmante, con la desaparición de más del 60 % en los últimos 50 años.
La Charca de Suárez, con casi 15 hectáreas, es el último reducto de los humedales del delta del río Guadalfeo y el único humedal litoral permanente de agua dulce en la provincia de Granada. Su protección bajo la figura andaluza de Reserva Natural Concertada supuso un caso excepcional de desclasificación de suelo urbano en la costa mediterránea.
El éxito de este modelo se apoya en una gestión adaptativa y participativa que integra diferentes dimensiones, incluido un ámbito físico con la remodelación y excavación de cubetas para crear nuevas láminas de agua, la construcción de observatorios y refugios con materiales reutilizados y el control riguroso del nivel del agua.
La funcionalidad hídrica se garantiza mediante la recuperación de canales y el control constante de la calidad del agua, con análisis periódicos y revisiones extraordinarias en caso de emergencia.
En el aspecto biológico, se han implementado programas de control y aprovechamiento de la vegetación de crecimiento rápido, como macrófitos o cañas, además de la reintroducción de especies en peligro de extinción y la habilitación de fauna silvestre accidentada.
La dimensión social y cultural de la reserva es igualmente fundamental, ya que la Charca promueve la inclusión social y suma educación ambiental, con programas formales y no formales que abordan temas ecológicos, históricos, culturales y sociales, desde la salud mental hasta el cambio climático.
Con esta combinación de actuaciones, la Charca de Suárez se ha consolidado como un refugio clave para la biodiversidad en el sur de Europa en el que se han registrado unas 250 especies de vertebrados, casi 200 de ellas aves, incluyendo más de la mitad de las especies de avifauna amenazada de Andalucía.
Los censos a largo plazo muestran un incremento sostenido de la riqueza de especies de aves acuáticas, con mejoras en la abundancia de algunas críticamente amenazadas.
El estudio ha demostrado que la participación comunitaria junto a la gestión adaptativa pueden transformar un espacio degradado en un oasis de biodiversidad y servir como modelo replicable para la restauración y protección de humedales amenazados.




