"Veía que podía hacer música sin fallos y eso me decía que todo iba bien”
El pianista lucentino Miguel Beato tocó el piano mientras era operado de un tumor cerebral en el Hospital Cruz Roja de Córdoba, en una intervención dirigida por el doctor Cristóbal Blanco
Así fue la operación de Miguel:Tocando el piano mientras le extirpan un tumor
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Córdoba
El programa Hoy por Hoy Córdoba ha compartido una historia de ciencia, música y superación que ha tenido como protagonista al pianista lucentino Miguel Beato.
El pasado mes de mayo, Miguel fue intervenido en el Hospital Cruz Roja de Córdoba para extirparle un tumor cerebral, una operación realizada mientras permanecía despierto y tocaba un pequeño piano junto a la mesa de operaciones.
Una operación con banda sonora
Miguel ha recordado que aceptó la propuesta del doctor Cristóbal Blanco con naturalidad, confiado en la humanidad y el carisma del neurocirujano. Ha explicado que preparó una lista de piezas muy reconocibles para que el equipo médico pudiera comprobar fácilmente cualquier alteración: Mozart, Pablo Milanés, Queen o el canon de Pachelbel formaron parte de la banda sonora de la intervención. “Yo estaba lúcido y tranquilo, veía que podía hacer música sin fallos y eso me decía que todo iba bien”, ha señalado.
La música como guía
Por su parte, el doctor Blanco ha destacado la relevancia de la música como herramienta clínica en este tipo de cirugías. Ha explicado que la interpretación en directo permitió comprobar en tiempo real que las áreas críticas del habla y el movimiento no sufrían daño durante la extracción del tumor. “Su talento nos ha dado una ventaja enorme, era como jugar con doce jugadores en un equipo de fútbol. La música nos ha confirmado que el cerebro estaba funcionando correctamente y nos ha permitido avanzar con más seguridad”, ha afirmado.
Equipo multidisciplinar
Tanto el pianista como el neurocirujano han coincidido en que la experiencia ha sido posible gracias al trabajo de un equipo multidisciplinar, formado por anestesistas, neuropsicólogos, enfermeros y radiólogos. Miguel, ya recuperado y haciendo vida normal, ha querido agradecer a todos ellos su profesionalidad y dedicación.
