La alternativa de Zulueta y el pique entre Morante y Roca Rey acabaron en decepción ganadera

Sevilla

Con los mimbres que tenía la tarde era lógico que por tercer día consecutivo se colgara el cartel de 'No hay localidades' en las taquillas de la plaza de toros de la Real Maestranza. Volvía Morante en el año de Morante y, además Roca Rey, el torero con el que se ha escenificado cierta polémica con el de La Puebla, y, por si eso no era suficiente, tomaba la alternativa el joven sevillano Javier Zulueta. Pues al final, todo al traste por el escaso juego de los toros de Núñez del Cuvillo.

Ficha del festejo

Real Maestranza de Sevilla: Domingo 28 de septiembre de 2025. Corrida de toros, tercera y última de la Feria de San Miguel, vigesimocuarto festejo de abono.

Ganadería: Se lidiaron toros de Núñez del Cuvillo, el tercero como sobrero, desiguales de presentación y de escaso juego en conjunto. Solo el primero y el tercero bis dieron algunas opciones.

Toreros: Morante de la Puebla, de catafalco y oro, silencio y ovación.

Roca Rey, de gris plomo y oro, silencio tras aviso y silencio.

Javier Zulueta, de vainilla y oro, que tomó la alternativa, ovación y palmas de despedida.

Cuadrillas: José Manuel Quinta picó muy bien al tercero, en el que Antonio Chacón saludó en banderillas. Hizo lo propio Francisco Durán 'Viruta' en el quinto y Curro Javier también pareó muy bien al cuarto.

Incidencias: La plaza registró el tercer lleno consecutivo de 'No hay localidades' en tarde que amenazó lluvia.

Ampliar

Cerrar

La crónica

Y eso que la cosa empezó con Zulueta hilvanándole a 'Lanudo' tres chicuelinas, seis verónicas, las mejores por el pitón derecho, y gran media de remate. Siguieron después el galleo por chicuelinas para llevar al caballo y el brindis paterno antes de templar en los doblones y de pecho iniciales. Noble el de Cuvillo, hubo dos series diestras más, pero la faena rompió al natural cuando Javier acertó a dejársela puesta en la cara y tirar con gusto de la embestida. Buenos los ayudados finales y decepción con la espada porque los tres pinchazos previos a la estocada final acabaron con cualquier posibilidad de trofeo. Muy suelto de salida el que cerró plaza, que tomó el primer puyazo en el caballo de puerta y, mientras lo llevaban al terreno del tercio, Morante y Roca parecieron arreglar sus cuitas con una palmadita en el hombro. En este caso, brindis materno de Zulueta para un toro que embistió al paso y tardeó hasta que el público apremió al toricantano. "Vaya petardo, ganadero", que gritaron desde el tendido 10.

Ampliar

Cerrar

El primer toro de Morante, muy suelto de salida, sacó carácter en el capote de Juan José Domínguez. Además tras el paso por la varas, el de Cuvillo echó el freno y la cara por las nubes, saliendo Morante de muleta con la espada de verdad y abreviando de un pinchazo hondo. Al cuarto lo recibió con recorte de rodillas , verónicas varias, chicuelinas, media y revolera. Con la muleta, comienzo por alto, sublime en los detalles por bajo, un molinete invertido y un natural que duró un mundo para poner al público en pie. Pero hasta ahí, porque no tuvo nada más el toro, al que despachó de media tendida y dos descabellos.

Ampliar

Cerrar

Roca Rey noto el peso de la púrpura de haberse 'enfrentado a Morante', ya saben lo del supuesto veto en Santander, lo del quite en el cuarto puyazo en El Puerto y lo de "maestro, fúmese usted un purito". Pues nada de eso justifica los pitos que constantemente escuchó el peruano durante su faena el tercero bis. El toro titular, impresentable por chico y además con una cornada en el anca izquierda, fue sustituido por un toraco de 598 que ya desarmó al peruano de salida, obligándole a tomar el olivo. Bonito quite de Zulueta de dos delantales y media. Hubo ligazón por ambos pitones, pero el respetable de uñas con Roca y para colmo tres pinchazos y un aviso antes de la estocada final. El quinto dio también para un quite de Zulueta de tres chicuelinas y media y un inicio de faena de rodillas por parte de Roca que resultó tropezado, aunque el toro, por fortunas, se enceló con la muleta. A partir de ahí, insistió en vano ante un animal que no dijo nada.